Acuerdo de mínimos, por unanimidad, en la conferencia de presidentes
Fernández frena el intento de plantear ya una reforma de la financiación
Discrepa con Andalucía, también del PSOE, y con varias regiones del PP que querían avanzar ya por ese camino; el texto final propone evaluar la eficacia del sistema
03.10.12 - A. SUÁREZ / AGENCIAS | OVIEDO / MADRID, en El Comercio.
Se congratuló ayer Javier Fernández de que Gobierno central y comunidades autónomas alcanzasen un «acuerdo de mínimos» -término que remarcó en más de una ocasión- sobre el futuro más inmediato de la economía española, aunque admitió la existencia de algunas «discrepancias», esencialmente centradas en la situación del modelo de financiación. El texto inicial de la declaración oficial de la conferencia de presidentes incluía una referencia a la financiación que, a juicio del jefe del Ejecutivo asturiano, abría la puerta, aunque de forma implícita, a un debate sobre la reforma del sistema. El asunto motivó una discusión en la que terció, aunque defendiendo planteamientos contrarios a los de Fernández, el presidente andaluz, el también socialista José Antonio Griñán. Al final hubo una solución de consenso.
«No me opongo a que el sistema se evalúe», señaló Fernández, «pero sí a que se traslade la idea de que lo que se pretende es cambiar el sistema». Un debate que, dijo, «no procede» hoy. Así las cosas, y tras esa discusión con Griñán, que contaba con el aval de comunidades como Valencia y Murcia (PP) o Canarias, se alcanzó una redacción que satisfizo a todos. El texto final establece que en los plazos previstos en la ley vigente -según el Ejecutivo regional, en 2013- el comité técnico permanente de evaluación analizará el funcionamiento del sistema de financiación e informará al Consejo de Política Fiscal. Que, a partir de ahí, «tomará, en su caso, la decisión oportuna». La redacción es más prudente que la inicial.
Griñán, partidario de ser más claro en relación con la reforma de la financiación, fue preguntado directamente sobre la discusión con Fernández. Hubo un momento «más o menos complicado», comenzó diciendo. «Anecdótico», matizó después. «Asturias no estaba de acuerdo, por un lado, y Canarias y yo por otro, pero hemos llegado a una fórmula de entendimiento y no pasa nada», zanjó.
Fernández, por otro lado, se felicitó del criterio unánime de los gobernantes regionales de que el estado autonómico «no es un problema». Y apeló a no abundar en planteamientos que profundizan en su descrédito, «como si fuera un monstruo de 17 cabezas que devora las entrañas del sistema».
Fue al hablar de la estrategia a seguir para remontar la crisis donde quedó más claro que el acuerdo de ayer, como matizó Fernández, es «de mínimos». Insistió, por ejemplo, en la necesidad de una mayor cooperación y en un mejor reparto de la carga de déficit que deben soportar los distintos niveles de la administración para cumplir con los estrictos límites que fija la UE. Un reparto que se revisará en 2013 para aplicarlo en 2014, aunque al presidente asturiano le hubiera gustado adelantar esas fechas en la medida en que entiende que las autonomías están hoy obligadas a hacer un mayor sacrificio que el Estado en ese sentido.
Fue Fernández crítico con la doctrina de la austeridad a ultranza, de «pobreza inducida», y reivindicó la necesidad de poner en marcha medidas de estímulo de la economía y el desarrollo de un nuevo modelo de crecimiento que dé más peso al sector industrial. Con todo, se mostró «satisfecho» del resultado de la cumbre en la medida en que era «importante» trasladar dentro de España y de cara al exterior «una imagen positiva».
Preguntado, en otro orden de cosas, qué piensa de la propuesta de avanzar hacia un modelo federal en España, afirmó que «es difícil avanzar hacia donde ya estamos».
Javier Fernández logra que el cambio en la financiación se posponga hasta 2014
El presidente asturiano se opuso a un adelanto que perjudicaría a la región
El «acuerdo de mínimos» da una «imagen positiva» a Europa, sentencia
Madrid / Oviedo, Modem Press / P. GALLEGO, en La Nueva España.
La quinta Conferencia de presidentes terminó con un acuerdo unánime, pero a punto estuvo de no ser así. El presidente del Principado, Javier Fernández, se quedó solo al defender que el modelo de financiación autonómica no cambiase en 2013, al considerar que la revisión de sus bases -por ejemplo, primar el número de habitantes y el crecimiento de la población sobre la dispersión, como pretenden Andalucía y las comunidades del arco mediterráneo- perjudicaría, y mucho, al Principado. Al final, el comité técnico permanente sí evaluará el sistema el año que viene, pero el cambio no llegará, al menos, hasta 2014, un año antes del plazo que fija la ley, y en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Fernández explicó, terminada la reunión, que la conferencia ha alumbrado «un buen acuerdo de mínimos» y que las discrepancias sobre el cambio en el modelo de financiación entraban dentro de lo «normal». «Era importante trasladar una imagen positiva», señaló Fernández.
Aunque el jefe del Ejecutivo asturiano quitó hierro al debate sobre la financiación, otros presidentes hablaron de un largo debate entre Fernández y el presidente andaluz, el también socialista José Antonio Griñán. El presidente asturiano insistió tras la conferencia en que no se opone a que el sistema de financiación sea evaluado por el comité técnico, pero su reforma, aseveró, «no debe ser el debate hoy».
En el texto de consenso firmado por todos los presidentes «se ha pedido y se ha acordado más colaboración, más lealtad y más cooperación», añadió Fernández, antes de afirmar que, en las ocho horas de reunión, no había habido «ninguna» alusión ni referencia a la pretensión del presidente de la Generalitat, Artur Mas, de convocar un referéndum de autodeterminación.
También en 2013, continuó el presidente asturiano, se establecerá un procedimiento para determinar los criterios de reparto entre las administraciones públicas de los objetivos de déficit. Este año, apuntó, ese reparto no había sido «simétrico». Fernández trasladó además la «opinión unánime» de que Europa avance en la unión económica y política superando una doctrina de austeridad «que es casi de pobreza inducida» y que lleva al «descrédito» ante la sociedad, sentenció.
Según explicaron fuentes del Gobierno regional, Fernández utilizó su intervención en la Conferencia de presidentes para instar a las comunidades autónomas a proyectar una imagen de «unidad». Europa vigila a España, aseveró Fernández, y lo que ve no son sus autonomías, sino «un país con déficit». Los gobiernos autonómicos «son parte de la solución, no el problema», sentenció Javier Fernández en respuesta a quienes, en los últimos tiempos, han dado una imagen del actual modelo territorial del Estado como «un monstruo de 17 cabezas». El actual sistema autonómico, consideró Fernández, es ya un sistema federal «imperfecto», razón por la que el presidente asturiano no ve urgente atender las demandas federalistas del Partido Socialista de Cataluña. «Es difícil avanzar hacia donde ya estamos», sentenció, un mensaje que ya había lanzado en el congreso de la Federación Socialista Asturiana (FSA) del pasado fin de semana, en el que fue reelegido como secretario general.
Javier Fernández había llegado al Senado poco después de las ocho de la mañana, cuando aún no había amanecido del todo. El asturiano fue el segundo presidente autonómico más madrugador en llegar a la plaza de la Marina Española, sede de la Cámara alta, tras el jefe del Ejecutivo valenciano, Alberto Fabra. Tras saludar al presidente del Senado, el popular Pío García Escudero, Fernández entró en el edificio para esperar allí al Rey, al Príncipe de Asturias y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con el que se reunirá mañana en Moncloa. Será el primer encuentro desde que Javier Fernández ocupa la Presidencia del Principado.
Javier Fernández conoce bien el Senado, institución que ayer acogió la Conferencia de presidentes, ya que durante los últimos nueve años ocupó uno de los dos puestos de senador por designación autonómica que corresponden al Principado.
Rajoy salva la cumbre autonómica con un pacto mínimo para el déficit
Compromiso para cumplir los objetivos de austeridad en pleno vendaval financiero
Mariano Rajoy acepta revisar la financiación
Mas renunció a hablar del pacto fiscal y su aspiración independentista
Fernando Garea, Madrid, en El País.
El Gobierno y las comunidades autónomas aparcaron este martes sus diferencias para aprobar un acuerdo político de mínimos que lanza un mensaje de unidad a la Unión Europea y los mercados. “Hoy España da un buen mensaje”, resumió Mariano Rajoy, que se fue del Senado con el éxito del acuerdo de todos en la V Conferencia de Presidentes. El texto aprobado recoge la voluntad de las 17 comunidades y Ceuta y Melilla para cumplir el objetivo de déficit impuesto por Europa.
“La Conferencia de Presidentes expresa su compromiso con la consolidación fiscal, imprescindible para recuperar la confianza en nuestra economía, así como apostar por políticas que permitan aumentar la competitividad de la economía y asegurar la financiación de las políticas sociales y de los servicios públicos”, asegura el acuerdo. En ese párrafo genérico se sustenta un pacto que se completa con el compromiso del Gobierno de estudiar en los próximos meses las posibles disfunciones del sistema de financiación autonómica y la posibilidad de repartir la carga de reducción del déficit de forma más flexible entre todas las Administraciones.
El acuerdo fue posible a pesar de que a la conferencia se llegaba con graves discrepancias e inestabilidades económicas, políticas e institucionales que, finalmente, fueron orilladas o apuntadas levemente en la reunión a puerta cerrada. Les pudo la responsabilidad y hubo unanimidad en centrar la cumbre, que se inició con un desayuno con el Rey y el Príncipe de Asturias, en el cumplimiento de los objetivos de déficit.
Así, el presidente de Cataluña, Artur Mas, no hizo mención alguna a su reivindicación de pacto fiscal y, muchísimo menos, a sus aspiraciones independentistas. Habló fundamentalmente de las dificultades de su comunidad para cumplir con los objetivos, criticando que el Gobierno no haya repartido a las autonomías el oxígeno logrado en Bruselas para flexibilizar las exigencias sobre el déficit. Mas ni siquiera entró al trapo cuando algunos presidentes del PP, sobre todo el de Madrid, Ignacio González, hablaron de la unidad de España y de cómo es preciso “aparcar las amenazas territoriales”. Hicieron menciones similares Pedro Sanz (La Rioja), José Antonio Monago (Extremadura), Luisa Fernanda Rudi (Aragón), Juan Vicente Herrera (Castilla y León) y Juan Vivas (Ceuta). Todos del PP. El catalán no contestó y su único hecho diferencial fue irse del Senado al acabar la cumbre, sin hablar con los periodistas, dejando para este miércoles en Barcelona su valoración pública.
Fue posible el acuerdo porque, aunque el Gobierno no entregó el borrador del documento hasta el inicio de la reunión, la víspera, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría llamó una por una a todas las comunidades, con contacto directo en algunos casos con los presidentes.
Las comunidades del PP cumplieron con la disciplina interna y obviaron el malestar sobre el reparto del déficit o sus objeciones al proyecto de Presupuestos para 2013. Las únicas referencias mínimamente disonantes fueron las de algunos, como Ignacio González, Herrera y Sanz, que defendieron la necesidad de revisar ya el sistema de financiación.
Todas las demás sí hicieron referencia a las quejas por el reparto del déficit y, en algunos casos, como el andaluz y socialista José Antonio Griñán, a la revisión del sistema de financiación. Varios presidentes del PP mostraron su sorpresa porque uno de los debates más largos y tensos fue el que mantuvieron durante una hora Griñán y el presidente socialista de Asturias, Javier Fernández, sobre si la ley obliga o no a una revisión del sistema de financiación autonómica.
Los socialistas hicieron también referencia a sus propuestas federalistas, con mención a la necesaria reforma del Senado y lo que el lehendakari, Patxi López, y Griñán llamaron “federalismo corporativo” y “cooperación institucional activa”. Pero no hubo respuesta ni debate con el resto y se limitaron a enunciar lo que ha defendido en público estas semanas el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. Los socialistas rechazaron los recortes sociales y pidieron a Rajoy que exija flexibilidad en Bruselas (“Alce la voz en Europa”, dijo López), pero aceptaron el consenso. A diferencia de lo hizo el PP en la oposición cuando boicoteaba las conferencias que organizaba José Luis Rodríguez Zapatero, orillaron sus discrepancias en favor del mínimo común. Para lograr el acuerdo de mínimos, el Gobierno aceptó incluir en el documento final el compromiso de revisar el funcionamiento del sistema de financiación y del reparto de las cargas del déficit en 2013 para 2014.
Por un lado se admite que “las comunidades han visto disminuidos los importes provenientes del sistema de financiación, como consecuencia de la disminución de los ingresos públicos, lo que invita a una reflexión sobre el sistema tributario más eficiente y equitativo”. Por eso se encarga a una comisión técnica del Consejo de Política Fiscal y Financiera “analizar el efecto de la aplicación del sistema de financiación e informar de los resultados de ese análisis”. El Consejo, en todo caso, tomará “la decisión oportuna”, se asegura sin más precisión.
Sobre el cumplimiento del déficit se dice que el Consejo establecerá “un procedimiento de cara al año próximo para determinar los criterios de reparto entre las administraciones públicas de los objetivos de déficit” impuesto por la UE. El Gobierno cede en la inclusión de estos dos compromisos genéricos y gana en los plazos, porque asegura que no estará preparado para ser aplicado antes de 2014. Mientras, sigue en vigor el acuerdo de julio que fue rechazado por las comunidades socialistas y varias del PP, que no permitía a las autonomías acogerse a la flexibilidad dada por Bruselas.
El documento aprobado habla también de “favorecer el crecimiento y la creación de empleo”, del Banco Central Europeo y de las reformas en la UE, como demandan ideológicamente y hace tiempo los socialistas.
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