Consecuencias del férreo corsé de déficit establecido por el gobierno en el Consejo de Política Fiscal y Financiera para 2013
Las autonomías se aprietan el cinturón
Asturias perfila unas cuentas con un fuerte ajuste sobre las prorrogadas de 2011 y por debajo de los 3.770 millones previstos en un primer momento
Salvo Extremadura, todas las comunidades aplican severos recortes a sus presupuestos de 2013
Mapa de los presupuestos autonómicos: Asturias y Aragón están ultimando sus proyectos; Euzkadi, Catalunya y Galicia no los han presentado aún por sus respectivos procesos electorales; y Canarias presentará sus cuentas una vez finalice la tramitación de los PGE.
05.11.12 - ANDRÉS SUÁREZ | OVIEDO, en El Comercio.
Con el gasto en sanidad, educación y política social sobre sus espaldas, a los gobernantes autonómicos se les tuerce el gesto cuando piensan en la confección de sus presupuestos en estos tiempos de estrecheces y escasa disponibilidad de recursos. Son ya varios años haciendo equilibrios en el alambre para cuadrar las cuentas y garantizar al mismo tiempo la sostenibilidad de los servicios públicos básicos, manteniendo asimismo un nivel aceptable de inversión, y 2013 también planteará la misma disyuntiva. El escenario es quizá todavía más duro, porque se trata de recortes sobre recortes y porque el límite de déficit fijado por el Ministerio de Hacienda, del 0,7% del PIB, obliga a profundizar por la senda del sacrificio. Todo ello explica que las regiones que hasta el momento han ido presentando sus proyectos presupuestarios contemplen en todos los casos -con Extremadura como única excepción- severos ajustes del gasto.
La realidad actual es, en términos presupuestarios, curiosa. Forzado por las circunstancias, tras haber ganado el PP las elecciones en noviembre de 2011, el Gobierno central ha tenido que elaborar en un mismo ejercicio dos proyectos económicos: el del año en curso, ahora en ejecución, y el del próximo, en tramitación en las Cortes. Hay, asimismo, tres comunidades autónomas que entrarán en 2013 sin unas cuentas de nuevo cuño. Se trata de Galicia, País Vasco y Cataluña, condicionadas por sus respectivos procesos electorales. La situación no deja de ser sorprendente en un momento económico tan delicado como el actual.
La actuación de los mandatarios autonómicos está guiada por la exigencia de cumplimiento de ese férreo límite de déficit establecido en el Consejo de Política Fiscal, el 0,7% del PIB. Teniendo en cuenta que el tope para este año es del 1,5%, queda claro el esfuerzo que habrá que hacer para mantener los números rojos a raya. Estos porcentajes, fríos en el análisis general, se entienden mejor si se trasladan al día a día de las cifras de cada comunidad.
Así, la práctica totalidad de las regiones han puesto sobre la mesa presupuestos a la baja para el año próximo. Extremadura es la única excepción. Los 4.790 millones de euros calculados por el gabinete que preside el popular José Antonio Monago suponen un aumento del 0,84% en relación con los recursos de que dispone hoy. Pero es el único presidente que se sale del carril de la austeridad.
El tijeretazo es generalizado, con independencia del color político, que sí se ve a la hora de distribuir los recursos disponibles y de priorizar según qué cosas. Pero las cuentas son siempre a la baja. De las presentadas hasta ahora, Murcia (-10,70%) y Castilla-La Mancha (-10,25%) son los territorios que se someten a una cura de adelgazamiento más drástica. La Comunidad Valenciana (-9,08%) y Navarra (-8,8%) se mueven en descensos porcentuales similares, seguidas de Cantabria (-6%) y La Rioja (-5,4%).
En otras autonomías el ajuste será más contenido. Es el caso de Andalucía, gobernada por PSOE e Izquierda Unida, que ha optado por reducir al mínimo el esfuerzo inversor y destinar la gran mayoría de los recursos al sostenimiento de los servicios públicos esenciales. Contará para ello con 30.706 millones de euros, un 4,1% menos que este año. El descenso es todavía menor en Baleares (-2,74%) y Castilla y León (-2,45%).
En algunas regiones el panorama está abierto. Canarias no aprobará sus cuentas hasta que se resuelvan en el Congreso las enmiendas a los presupuestos estatales y se sepa con exactitud la merma de recursos que sufrirá el Ejecutivo que pilota Paulino Rivero.
La situación de Asturias también es especial. Primero, porque tiene unas cuentas prorrogadas, las de 2011, que son ficticias en la medida en que el proyecto inicial ha ido sufriendo recorte tras recorte. Y segundo, porque el empeoramiento de la situación económica y la caída de los ingresos han obligado al Ejecutivo de Javier Fernández a revisar sus previsiones.
Inicialmente, el Principado preveía movilizar 3.770 millones de euros, que ya son unos 600 menos que el presupuesto inicial de 2011 hoy prorrogado. Pero, en virtud del agravamiento de la recesión, la cifra definitiva será todavía menor.
La deuda con los municipios, en el punto de mira
Los ayuntamientos están muy pendientes del fondo autonómico de liquidez creado por el Ministerio de Hacienda para socorrer a las autonomías. Lo están porque ese instrumento contempla que se destinen una parte de sus recursos al pago de las deudas que las regiones tienen con los municipios. El presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Íñigo de la Serna, deja claro que el cobro de esos atrasos es «capital» para la buena salud de las arcas locales.
Según los cálculos elaborados por la FEMP, la deuda acumulada ronda los 1.000 millones de euros. «Los ayuntamientos, de alguna manera, estamos financiando a las comunidades autónomas», se quejó De la Serna, que cree que se trata de una reivindicación «absolutamente justa».
En el caso de Asturias, la deuda se cifraba en 40 millones de euros en el verano, según los datos de la Federación Asturiana de Concejos (FACC). El Principado ya abonó la mitad de esa cifra y, para el resto, existe el compromiso de desembolsarla antes de final de año. El Ejecutivo regional
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