Los médicos del Simpa se manifiestan en Oviedo
Unos 600 médicos se manifiestan por el centro de Oviedo contra el nuevo decreto de jornada laboral
OVIEDO, 18 Dic. (EUROPA PRESS)
Unos seiscientos médicos, según estimaciones policiales, se han manifestado esta tarde por el centro de Oviedo contra el nuevo decreto del Gobierno del Principado de ampliación de jornada y cambios en las condiciones laborales de los profesionales de los centro sanitarios públicos.
La marcha, convocada por el Sindicato Médico Profesional de Asturias (Simpa), salió desde la estación de la Renfe con pancartas, pitadas y peticiones de dimisión para los responsables de la política sanitaria asturiana, hasta llegar a la sede del Servicio de Salud del Principado (Sespa) donde los dirigentes sindicales leyeron un manifiesto.
En declaraciones a los medios, el secretario general del Simpa, Antonio Matador, ha pedido al consejero de Sanidad, Faustino Blanco, que "mire de frente a la realidad". "Que mire también a los médicos concentrados aquí y que nos diga a la cara que el conflicto está zanjado", ha reclamado.
Y es que, para el Simpa "la única salida es un pacto justo". "No vamos a dar un paso más atrás", ha advertido Matador, afirmando que se continuará con el calendario de movilizaciones. "Si esto no se soluciona seguiremos", ha añadido.
Así, en el manifiesto se incide en la defensa de la dignidad de los médicos como profesionales y como empleados del sistema público de salud y se resalta que aceptan "solidariamente" el aumento de dos horas y media de jornada semanal pero no pueden aceptar que el Gobierno autonómico "aproveche como coartada el mandato del Ejecutivo central para asestar un ataque sin precedentes a los facultativos de Asturias".
"Lo que pretende la Administración no es otra cosa que doblegar a los médicos, ponerlos de rodillas, enfrentarnos a nuestra razón de ser, a nuestros pacientes. No lo vamos a consentir", continúa el escrito, afirmando que la huelga "no es por dinero" sino por "dignidad".
Cientos de médicos se manifiestan en Oviedo en contra de la jornada laboral
RTPA
Cientos de médicos y residentes de la sanidad pública asturiana han participado hoy en la manifestación convocada en Oviedo por el Sindicato Médico Profesional de Asturias (SIMPA) para protestar por la forma en que tendrán que prolongar su jornada laboral de 35 a 37 horas y media y avisar de que "el conflicto no está zanjado".
Los manifestantes, muchos de ellos ataviados con batas blancas y acompañados por sus familias, han salido de la estación de Renfe pasadas las 18:30 horas tras una pancarta en la que se podía leer: "Tres meses en huelga. Dignidad para médicos y pacientes. No al despotismo. Solución negociada ya".
Los manifestantes, unos 600 según fuentes policiales, y muchos más de mil según los convocantes, han recorrido la calle Uría hasta la plaza del Carbayón, en la que se encuentra la sede del Servicio de Salud del Principado (SESPA), con silbatos, bocinas y pancartas con las fotografías del consejero de Sanidad, Faustino Blanco, y de la gerente del SESPA, Celia Gómez, entre otros cargos públicos.
La marcha, a la que estaban convocados los 4.000 facultativos de la sanidad pública asturiana, se ha desarrollado sin incidentes coincidiendo con el noveno de los doce días de huelga convocados por el SIMPA este mes de diciembre, en el que también hay paros programados para los días 19, 20 y 21.
Estas doce jornadas de paro se suman a los 21 días de huelga celebrados durante octubre y noviembre por el SIMPA, que mantiene que la sanidad pública se está deteriorando en estos dos meses y medio de conflicto y que así se puede apreciar en el aumento de pacientes en las listas de espera quirúrgicas y el tiempo que deben esperar para ser intervenidos.
El SIMPA ya ha advertido de que continuará con los paros en el mes de enero si no se reabre la negociación y se atienden sus demandas sobre las guardias y el descanso posterior, especialmente.
Sobre este asunto, el decreto que regulará la jornada de los médicos contempla que, con independencia del número de guardias que hagan, deberán recuperar como máximo seis horas al mes.
Los médicos podrán aplicar también las dos horas y media de prolongación de la jornada laboral semanal en un solo día, por las tardes de cualquier día laborable o el sábado por la mañana.
Desde el (SESPA) se mantiene que la práctica totalidad de las demandas del SIMPA han sido recogidas en la normativa que regulará la jornada médica y que, por lo tanto, no tiene sentido que se mantengan los paros y la conflictividad en la sanidad pública.
No obstante, el secretario general del SIMPA, Antonio Matador, ha dicho que la protesta de hoy demuestra que "el conflicto no está zanjado" ya que esta primera gran manifestación de médicos que se celebra en Asturias ha tenido "una respuesta masiva".
En su opinión, esta respuesta "es la prueba palpable de que el SIMPA y la consejería están equivocados y viven de espaldas a la realidad".
Matador ha advertido además a la administración regional de que aún están a tiempo de solucionar el problema y de llegar a un acuerdo con los médicos antes de que se publique el decreto que regula la jornada y de que se convoquen nuevos paros.
La concentración ha concluido con la lectura de un manifiesto en el que el SIMPA asegura que la administración pretende "doblegar a los médicos, ponerlos de rodillas" y enfrentarles a sus pacientes, pero que no lo van a conseguir.
Según este sindicato, la huelga que llevan a cabo "no es por dinero sino por dignidad" y para no ser ni más ni menos que el resto de médicos de este país.
«Ni un paso atrás», replican al Principado casi un millar de médicos en la calle
Los facultativos se manifiestan en Oviedo contra la nueva jornada laboral
Piden la dimisión del Consejero y le advierten de que «no nos doblegará»
Oviedo, Pablo ÁLVAREZ, en La Nueva España
Si la manifestación de médicos que en la tarde de ayer recorrió la calle Uría de Oviedo tuviera que ser resumida en pocos elementos, podrían elegirse los siguientes. Un mensaje al Gobierno regional: «¡Ni un paso atrás!». Otro al titular de Sanidad, Faustino Blanco: «¡Consejero, dimisión!». Y una declaración de principios que parece corroborar que, a estas alturas, el conflicto sanitario ya no consiste tanto en discrepancias sobre unas horas de trabajo más o menos como en una cuestión mucho más de fondo: «Lo que pretende la Administración no es otra cosa que doblegar a los médicos». Con una apostilla: «No lo vamos a consentir».
El Sindicato Médico de Asturias (SIMPA) se apuntó ayer un tanto digno de consideración al sacar a la calle a casi un millar de facultativos de la sanidad pública -la plantilla total se acerca a los 4.000, incluyendo residentes- en una tarde de diciembre que más bien invitaba a permanecer cerca de alguna fuente de calor. «Un éxito», a juicio de los dirigentes de la organización médica, quienes mañana mismo, animados por el respaldo obtenido, podrían convocar una nueva tanda de paros para enero, aunque los de diciembre no terminarán hasta este viernes. La huelga, de carácter intermitente, permanece activa desde el pasado 8 de octubre y ha generado un relevante aumento de las listas de espera.
¿Motivo de la manifestación? El mismo que desde el pasado mes de agosto tiene en pie de guerra a los facultativos de la región: la nueva regulación de la jornada laboral en el sector sanitario regional, que para buena parte de los médicos significa trabajar más horas -un aumento superior al que se derivaría de aplicar sin más aditamentos la norma estatal impulsada por el Gobierno de Rajoy- y perder salario. «Para que luego desde la Consejería digan que la movilización se limita a la cúpula del SIMPA», proclamaban con satisfacción algunos responsables del sindicato al observar el volumen de facultativos que les seguía.
Los manifestantes partieron de la estación de Renfe y desembocaron en la plaza del Carbayón, sede del Servicio de Salud del Principado (Sespa). Allí los esperaba, para sorpresa de muchos, un «catering» de dimensiones nada desdeñables. Los dirigentes del sindicato quisieron dejar claro que el refrigerio no tenía nada que ver con ellos, sino que había sido sufragado por una médica deseosa de agasajar a sus colegas. «¿No será una delicadeza del consejero de Sanidad, verdad?», se preguntaba irónicamente un jefe de servicio del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).
La Policía Local calculó el número de participantes en el entorno de los mil, una estimación probablemente bastante atinada, que incluso pudo quedarse un poquito corta. Entre tanto, el SIMPA hablaba de «más de dos mil médicos»: excesivo optimismo. Proliferaban las batas blancas. Ciertamente, había varias decenas de manifestantes que no son médicos, lo cual era evidente a simple vista porque se trataba de niños. Algunos de ellos portaban carteles alusivos al aumento de horario con mensajes del tipo: «Quiero seguir viendo a mi mamá». Había también acompañantes de otras edades (por ejemplo, familias enteras).
Pero el grueso eran facultativos: médicos de hospitales y también de centros de salud; residentes y seniors; jefes de servicio y de sección; médicos que, a su vez, son profesores universitarios; médicos que desempeñaron cargos de responsabilidad en etapas anteriores, incluso con gobiernos de signo socialista. Entre los portadores de la pancarta que abría la marcha figuraba la presidenta del Colegio de Médicos de Asturias, Carmen Rodríguez, quien en los discursos finales reivindicó «la dignidad no sólo de los médicos, sino también de los pacientes».
Los médicos residentes -abundantes- portaban su propia pancarta. El Sespa insiste en que la nueva regulación horaria no modifica sus condiciones laborales y salariales, pero parece evidente que su actitud beligerante no obedece tanto a una cuestión de condiciones del presente -viven una etapa esencialmente transitoria-como a una perspectiva de futuro que ven seriamente comprometida a causa de los recortes presupuestarios.
«Nunca antes habían salido tantos médicos a la calle en Asturias», celebraban con alborozo -más o menos contenido- algunos directivos del SIMPA. Ya ante la sede del Sespa, tomó el megáfono el secretario general, Antonio Matador: «Los médicos queremos decirle a la población de Asturias que esta huelga no es por dinero. Es por dignidad, por nuestra dignidad. Los médicos de Asturias no queremos ni más ni menos que los del resto de España. Si ahora aceptamos esto, ¿qué será lo próximo?», se preguntó, mientras flotaban en el imaginario colectivo de sus colegas nuevas medidas de ajuste que -con más o menos fundamento- están barruntando, caso de un recorte muy relevante en la estructura de las guardias médicas.
Con temores de esta naturaleza como telón de fondo, Matador concluyó su alocución con un «Ni un paso atrás» que fue muy aplaudido y coreado por los presentes.
Las batas blancas salen a la calle
19.12.12 - R. MUÑIZ / A. FUENTE | OVIEDO / MIERES, en El Comercio.
Los manifestantes secundan no dar «ni un paso atrás»; Blanco recuerda que se ha logrado un acuerdo con todos «salvo el Simpa»
Un millar de facultativos exigen en Oviedo la dimisión del consejero
Facultativos, interinos, familiares y pacientes. Un reguero donde dominaban las batas blancas llegadas de todos los rincones de la región se reunió ayer en bulliciosa procesión. Eran «unos 700», según las unidades del Cuerpo Nacional de Policía presentes. «Más de dos mil, quizás tres mil», opuso el Sindicato Médico (Simpa), convocante de una manifestación que mantuvo un mismo grito de principio a fin: «Consejero dimisión».
«Esta marcha es la demostración de que el consejero y sus asesores viven fuera de la realidad cuando dicen que esto es una movilización solo de la cúpula del Simpa», indicó el secretario general del sindicato, Antonio Matador. La central se sintió arropada con la demostración lograda. «Estamos aquí para defender nuestra dignidad como médicos», arrancaba el manifiesto de los convocantes. «No podemos aceptar que el Principado aproveche como coartada el mandato del Ejecutivo central para asestar un ataque sin precedentes a los facultativos de Asturias», continuó. «Más allá de todas las imposiciones, lo que pretende la Administración no es otra cosa que doblegar a los médicos, ponerlos de rodillas, enfrentarnos a nuestra razón de ser, los pacientes», culminaba antes de prometer que en el pulso no se dará «ni un paso atrás».
La huelga «está siendo demasiado larga», reconocía Marta Gutiérrez, facultativa de centros comarcales. «Nosotros nos llevamos la peor parte, porque estamos más cansados, perdemos más dinero y es desagradable anular las consultas». Con todo, aseguraba que sus pacientes «entienden la situación cuando le explicas que son nuestros derechos como trabajadores lo que está en juego».
Hubo carteles con forma de moneda «caducada a retirar de la circulación», la efigie del consejero y la leyenda de «Blanco, caudillo del Sespa por la gracia de Dios». Se oyeron tambores y proclamas de «sin Sanidad no hay Navidad».
«Nos quieren poner a merced de la Administración de forma que cuanto más trabajes, más horas debes», censuraba Ana Paz, de Cirugía Vascular. Los interinos procesionaron tras la cabecera. Antonia López, de cuarto año, relataba que vino desde Málaga a hacer el MIR, «pero no sé si con la situación actual hubiera hecho esa apuesta».
Por la mañana, en Mieres, el consejero Faustino Blanco había recordado que la negociación «ya ha durado cuatro meses largos» y se ha cerrado con acuerdo de todos los sindicatos salvo con la cúpula del Simpa. «Para concluir el proceso nos vimos en la necesidad de hacer un decreto para que los aspectos de aplicación de la nueva jornada sean transparentes, de aplicación clara y que atiendan a la diversidad», además de «guardar un equilibrio entre las expectativas de los profesionales y las necesidades de la Administración», explicó. Puso además como modelo a seguir por el resto de comunidades esta nueva ordenación, ya que es «una de las mejores referencias en el país para saber cómo se vincula la relación de los trabajadores con el sistema sanitario».
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