La difícil, pero imprescindible y necesaria, vuelta a la normalidad en la actividad asistencial de la sanidad pública asturiana
4.000 pacientes vieron suspendida su operación en los 3 meses de huelga médica
El Sespa quiere que los facultativos obligados a trabajar de tarde participen en el plan de contingencia contra las listas de espera
14.01.2013 - LAURA FONSECA, GIJÓN, en El Comercio.
Los tres meses de huelga médica en la sanidad pública asturiana han dejado un saldo muy negativo. Las estimaciones preliminares apuntan a la suspensión de, al menos, 4.000 intervenciones desde que se iniciara el conflicto el 8 de octubre hasta su resolución el pasado viernes, 96 días después. El cálculo de las operaciones que no se pudieron realizar por la protesta del Sindicato Médico en contra del nuevo modelo de jornada se aproxima al porcentaje de paralizaciones reconocidas por la gerente del Servicio de Salud (Sespa). En declaraciones a EL COMERCIO, Celia Gómez cifró anteayer en un 25% la media de actividad quirúrgica que se había dejado de hacer durante las 33 jornadas de paro. De media, los hospitales asturianos hacen unas 4.100 cirugías cada mes.
Fuentes sanitarias consultadas estiman que en los centros del Sespa se aplazaron del orden de 3.200 a 3.400 operaciones. A éstas se deben sumar entre 600 y 800 de la concertada, red que, aunque no participó en la huelga, sí sufrió los efectos colaterales. Sin ir más lejos, la gerencia del Hospital Cruz Roja, de Gijón, reconocía días atrás que sus quirófanos habían dejado de hacer 600 cirugías por culpa del paro de los médicos de la pública.
5 meses para ponerse al día
Volver a la normalidad tras el duro y prolongado conflicto que dejó 20.000 personas en lista de espera quirúrgica y otras 80.000 pendientes de consultas y pruebas, no será fácil. Pese a que durante los días de movilizaciones el Principado insistió en decir que la protesta apenas tenía seguimiento (se llegó hablar de jornadas con una incidencia del 1% o 2%), el Sespa estima ahora que harán falta cinco meses, hasta abril o mayo, para que los hospitales recuperen su tono. Fuentes sanitarias consideran que se trata de una estimación optimista. «En la huelga del año 2002, que duró sólo tres semanas se tardó un año en bajar las listas de espera», recordaron.
Los pacientes asturianos tendrán que tener calma y, una vez más, hacer gala de su envidiable paciencia. Porque el plan de contingencia ideado por la Consejería de Salud para reparar los retrasos de la huelga no sólo tiene sus tempos sino que obligará a más de un enfermo a tener que acudir a otra área sanitaria. Esta es una de las opciones que baraja el Sespa, sobre todo para las cirugías ambulatorias, que son aquellas que no requieren el ingreso del paciente. «Con la buena red de carreteras que tenemos no tiene porque ser un problema», razonó la gerente del Sespa.
Otra novedad es que los facultativos a los que el nuevo modelo de jornada obliga a trabajar de tarde, sin tener que cobrar por ello (los llamados módulos de ampliación), participarán en el plan de contingencia contra las demoras quirúrgicas. El Servicio de Salud quiere «optimizar y rentabilizar primero todos los recursos disponibles» antes de autorizar la realización de ’peonadas’, que supuestamente iban a quedar erradicadas tras la ampliación de jornada. En el caso de Cabueñes o el HUCA, por ejemplo, los facultativos podrán ser enviados a sus respectivos centros concertados (Cruz Roja y Monte Naranco) para realizar operaciones vespertinas destinadas a paliar las demoras que generó el conflicto.
Tres de las cuatro patas sobre las que se sustentará lo de intentar volver a la normalidad en 5 meses… la cuarta pata son las derivaciones de actividad a los centros concertados.
De la WEB del Principado de Asturias
“Módulos adicionales de jornada ordinaria. Con el fin de completar la jornada hasta las 37,5 horas semanales, el acuerdo de agosto recogía la realización de un módulo semanal de 2,5 horas en horario de tarde o de 5 horas cada dos semanas. El decreto indica que este módulo adicional puede realizarse en 2,5 horas semanales en horario de tarde, uno o más módulos de 2,5 horas en la mañana del sábado o módulos de 4 horas en horario de tarde, calculando la jornada en periodos de ocho semanas. Igualmente, se establece que en función de las características del servicio, centro o unidad asistenciales, pueden organizarse otras formas de horario. Las actividades a realizar serán, preferentemente, asistenciales, aunque también podrán ser docentes, como las vinculadas a la formación de especialistas, y actividades orientadas a mejorar la continuidad de la atención mediante trabajo conjunto de profesionales de los hospitales y los centros de salud…
Exención de guardias en mayores de 55 años. El decreto establece ahora que podrá mantenerse esta actividad retribuida, hasta diez horas mensuales, para el personal que ya venía realizando estos módulos compensatorios de la exención de guardias, siempre que exista acuerdo con la dirección del centro para la realización de actividades asistenciales y en el marco de los objetivos anuales del servicio o unidad; estos objetivos son evaluables anualmente con la dirección del área sanitaria. El personal que cumpla 55 años a partir de la entrada en vigor del decreto podrá dejar de realizar guardias, pero no tendrá actividad adicional complementaria, salvo que existan necesidades asistenciales que lo demanden…
‘Peonadas’ y jornadas especiales. La ampliación de la jornada permite una reducción significativa de las necesidades de actividades extraordinarias remuneradas para reducir el tiempo de espera. A ello se une la situación del mercado laboral que exige acudir preferentemente a la contratación temporal para cubrir posibles necesidades. No obstante, existen áreas de actividad que precisan de un funcionamiento continuado y que podrán disponer de una organización flexible.
Esta regulación parte del incremento de la jornada de trabajo y la reducción de las jornadas de descanso decretada por el Gobierno de España para todo el sector público; una norma estatal que determina que la jornada ordinaria pasa a ser nuevamente de 37,5 horas semanales y que pone a disposición de la sanidad pública un instrumento que permite abordar desde una perspectiva distinta la caída de los ingresos, que hace absolutamente necesaria la reducción del gasto sanitario…”
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