Más sobre la Fundación de Investigación Biosanitaria de Asturias FINBA) que nace con el aval de los científicos más prestigiosos
La Fundación de Investigación Biosanitaria puede atraer a 3.000 profesionales de la ciencia
Sanidad estima, además, que en la Finba podrían tener cabida entre 10 y 15 grupos científicos actualmente en activo
Foto.- Un investigador trabaja en el laboratorio del HUCA.
29.09.13 – El Comercio.
La Fundación de Investigación Biosanitaria del Principado, bautizada como la Finba, llegará a un tejido de más de tres mil profesionales que actualmente trabajan en el campo de la ciencia en Asturias. Esa es la estimación inicial que realiza la Consejería de Sanidad que asegura, además, que entre 10 y 15 grupos científicos ahora en activo podrían pasar a formar parte de la misma, una vez que la Finba se acredite como tal ante el Instituto de Investigación Carlos III. La entidad, que nace con el aval de científicos del calado del bioquímico Carlos López Otín (considerado uno de los mejores investigadores del mundo), el especialista en epigenética Mario Fraga y el experto en nanotecnología Amador Menéndez, echará a andar en breve. El viernes, tal y como avanzó EL COMERCIO, fue presentada ante los medios de comunicación en un desayuno de trabajo presidido por el consejero de Sanidad, Faustino Blanco, y en el que estuvieron presentes varios científicos de renombre, entre ellos el médico y catedrático Carlos Suárez, que será su director científico. Pero el día grande se vivirá el próximo miércoles cuando la Finba se dé a conocer en sociedad en un acto presidido por el jefe del Ejecutivo regional, Javier Fernández, el cual tendrá lugar en el edificio del antiguo pabellón psiquiátrico de La Cadellada, donde estará su sede permanente.
La Finba lleva años intentando convertirse en un proyecto tangible. Se empezó a hablar de ella hace una década, cuando se anunció que Asturias contaría con un nuevo HUCA en el entorno de La Cadellada. Hubo que esperar hasta 2009, al término de la legislatura de Vicente Álvarez Areces (PSOE) para que la Fundación empezara a tomar cuerpo. Lo hizo de la mano del entonces consejero de Salud Ramón Quirós, quien presentó incluso a los que serían sus patronos, una decena de empresas privadas, muchas de las cuales vuelven ahora a sellar su compromiso con la investigación en la nueva Finba. El siguiente Gobierno, el de Foro Asturias, optó por cambiar el modelo y apostó por un Instituto de Investigación de titularidad y participación netamente pública. Fue cuando el entonces consejero de Sanidad, José María Navia-Osorio anunció que devolvería a las empresas el dinero que habían aportado para la fundación que habían creado los socialistas, lo que generó una agria polémica entre los políticos.
Sin embargo, ese proyecto, el del Instituto, tampoco salió adelante. No dio tiempo a que se constituyera debido a la convocatoria de elecciones anticipadas en el Principado, lo que hizo que los científicos asturianos tuvieran que seguir esperando y volvieran a verse obligados a buscarse sus cuartos fuera de Asturias. Alguno, incluso, acabó marchando.
El caso es que de no mediar nuevos obstáculos, parece que la Finba echará a andar de forma definitiva. El consejero de Sanidad, conocedor de las dificultades históricas que arrastra este proyecto, aseguró el pasado viernes que su deseo es que la Fundación para la Investigación Biosanitaria logre situarse por encima de avatares políticos. «Es una institución sin ideología porque la ciencia es de todos», señaló.
Con la Finba, el Principado busca «un nuevo paradigma de futuro. Partiendo del modelo clásico hay que pensar en un modelo económico donde el empresariado se vincule con la investigación», avanzó Blanco. Porque la idea que es que en la Fundación de Investigación convivan a la par la rama pública y la privada. La pública estará representada por el Principado y la Universidad de Oviedo y la privada por la presencia de, al menos, 17 empresas. Sanidad ha conseguido el compromiso de una veintena de firmas. Diez lo harán en calidad de patronos y serán los que realicen una aportación anual a lo largo de un lustro. Otras siete empresas estarán como benefactoras y tendrán vinculación con líneas específicas de investigación. Es en este apartado donde estarán la Fundación Centro Médico y su Instituto de Medicina Oncológica y Molecular (IMOMA) y el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega, además de la Fundación ONCE.
La Fundación Biosanitaria tendrá un capital público de 300.000 euros. Esta es la partida que tiene reservada de mano la Consejería de Sanidad. Los expertos afirman que para que la Finba sea un proyecto de futuro deberá manejar del orden de los tres o cuatro millones de euros, un volumen de financiación que en la actualidad sólo se podría conseguir a través de convocatorias públicas europeas. De ahí, que haya que constituir una Fundación acreditada por el Instituto Carlos III. Precisamente, en este apartado, el responsable de la Unidad de Epigenética del Instituto Oncológico del Principado de Asturias, Mario Fraga, recordó que en la actualidad la mayor parte de los grupos de investigación que trabajan en Asturias lo hacen gracias a que consiguen su propia financiación. En este sentido, Fraga señaló que el 90% del presupuesto «proviene de convocatorias a las que nos presentamos los diferentes grupos y eso lo debe saber la sociedad». Además, la Finba no será un seguro vitalicio para los científicos que logren entrar. Cada cinco años los grupos de investigación serán evaluados y deberán rendir cuentas de su trabajo. «Esto no va a ser un refugio para toda la vida», advirtió su director, Carlos Suárez. Mientras la fundación va tomando cuerpo, la Consejería de Sanidad prepara la que será su sede permanente, confiando en que a mediados de 2014 hayan acabado las obras de adecuación y La Cadellada esté en condiciones de abrir definidamente su Finba.
Mario Fraga: «Decidí volver a Asturias porque hay un contexto investigador muy potente»
28.09.13 - L. FONSECA | GIJÓN, en El Comercio.
Durante años, Mario Fraga fue un investigador emigrante. Pero un día, este asturiano, decidió «volver porque aquí hay un contexto de investigación biomédica muy potente, donde realmente me sentía a gusto». Así lo confesó ayer ante los periodistas el propio investigador, que insistió en remarcar que en el Principado «hay grupos de primerísimo nivel».
Fraga aseguró que los más importante de la Finba es saber «¿por qué se crea y para qué? Debemos ser conscientes del importante beneficio que la ciencia deja en nuestra sociedad». En este sentido, la directora del Instituto Oncológico, Aurora Astudillo, habló del reto de «lograr que los logros conseguidos en investigación, donde conseguimos muchas patentes, se queden en Asturias».
Por su parte, Carlos Suárez en calidad de director de la Finba, se refirió a la necesidad de que los «facultativos cambien el chip. Hay que ir hacia un modelo de médicos científicos», alentó. El proyecto de la Finba se llevará en próximas semanas a la Junta General. El consejero de Sanidad advirtió de antemano que «la fundación no tendrá ideologías» y confía en que sirva para atraer a científicos asturianos que han emigrado en los últimos años.
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