Blogia
La información es la base de tu opción ... y nosotros nunca te la ocultamos.

Nadie podía esperar menos del SESPA y de la Consejería…

Nadie podía esperar menos del SESPA y de la Consejería…

El Principado garantiza que se investigará «en profundidad» la muerte de la madre y el bebé

Los fallecimientos se produjeron como consecuencia de los problemas en el parto que tuvo lugar en el hospital de Arriondas

24.10.13 - TERRY BASTERRA | LLANES, en El Comercio.

El Gobierno del Principado garantizó ayer que se va a llevar a cabo una investigación «en profundidad» para «aclarar» las causas que provocaron la muerte entre la noche del domingo y la mañana del lunes de María Oliva Barreiro tras el parto en el hospital de Arriondas de su hijo Diego Fernández, quien nació muerto. El portavoz del Ejecutivo asturiano, Guillermo Martínez, trasladó ayer de manera pública la solidaridad del Principado con la familia de los fallecidos a quienes les ofreció «todo el apoyo» de la Administración regional.

 

Martínez recordó lo que ya se había comunicado el pasado lunes desde la Consejería de Sanidad, que se ha abierto una investigación con un procedimiento de información reservada para conocer «en profundidad» cómo fue todo el proceso de atención sanitaria que recibieron tanto la madre como su bebé. También señaló que «cuando haya resultados se les notificarán a la familia». El portavoz del Gobierno regional también recalcó que «desde el Principado también somos los máximos interesados en conocer esa información».

 

Por su parte el responsable de Salud Pública, Julio Bruno, se refirió al interés de la Administración regional por «aclarar la preocupación y alarma» que ha causado la muerte de «una mujer joven en esta situación».

 

María Oliva Barreiro García, de 39 años, vecina de Llanes y muy conocida en la villa, entre otros aspectos porque trabajaba junto a su esposo en la sidrería El Pescador de Llanes, propiedad del padre de ella, perdió la vida en la madrugada del lunes en el hospital de Cabueñes. Según ha asegurado la familia durante estos días María tuvo un embarazo sin ningún tipo de incidencia y en el Hospital Grande Covián de Arriondas le habían dejado el parto programado para este pasado lunes. Incluso a finales de la pasada semana había acudido al centro hospitalario donde le realizaron las últimas revisiones y le indicaron que el bebé se encontraba en perfecto estado de salud y que «iba a ser muy grande».

 

El domingo por la tarde le subió ligeramente la fiebre y sus padres la trasladaron sobre las 16.30 horas al centro de salud de Llanes, donde le detectaron una infección de orina y le aconsejaron que se dirigiese al hospital del Oriente ya que era allí donde estaba previsto que diese a luz al día siguiente. Una vez en el centro sanitario, según el relato de la familia, a María le dieron un medicamento para bajarle la fiebre y cuando éste le hizo efecto le suministraron «oxitocina para provocarle el parto».

 

Según la familia, un tiempo después María dijo que se encontraba mal y se cayó al suelo. A partir de ese momento los sanitarios le practicaron una cesárea de urgencia. El niño, según el relato de los familiares en base a los datos que les trasladaron los médicos del hospital de Cabueñes, nació muerto y no se le consiguió reanimar pese a los esfuerzos de los sanitarios.

 

Los médicos de Arriondas tampoco lograron frenar la fuerte hemorragia sufrida por María como consecuencia de la cesárea y trasladaron a la paciente a Cabueñes donde llegó con parada cardiaca y se certificó su muerte sobre las 3 de la madrugada del lunes.

 

La familia de los fallecidos ya ha puesto el caso en manos de un abogado y ha anunciado que tiene previsto adoptar medidas legales contra el centro hospitalario asentado en el concejo parragués, ya que consideran que se produjo un «error médico». Durante la tarde del pasado lunes se le practicó la autopsia al cuerpo de María y se espera que los resultados aclaren las causas que pudieron provocar los fallecimientos.

 

La hipótesis de la embolia

Aunque a día de hoy se desconoce qué pudo originar estas dos muertes, una de las hipótesis que manejan los servicios sanitarios que atendieron en Arriondas y Cabueñes a la madre y el bebé es que la mujer sufriese un episodio de embolismo del líquido amniótico (ELA). Según distintos profesionales este mal tiene una incidencia muy pequeña, aunque las posibilidades de que se padezca se incrementan en mujeres mayores de 35 años. Algunos expertos apuntan a que también influye para que se dé el ELA que se haya provocado el parto, aunque en este punto no hay unanimidad. El índice de mortalidad cuando se da este suceso clínico es del 60%, según apuntan algunos médicos. Otros recalcan que se trata de una de las complicaciones más devastadoras y con mayor mortalidad, tanto para la madre como para el feto, de las que pueden darse durante la gestación y el parto.

 

Para que se dé el ELA deben romperse las membranas fetales y los vasos uterinos. Esto provoca que el líquido amniótico (el fluido que rodea al bebé dentro del útero durante el embarazo) se introduzca en el torrente sanguíneo, viaje hasta los pulmones de la madre y le provoque un colapso pulmonar y como consecuencia un fallo cardiaco.

 

El Sespa es "con la familia, el más interesado" en saber qué pasó con la parturienta fallecida

El Principado asegura que los allegados de María Oliva Barreiro, que murió en el parto junto a su bebé, serán informados en cuanto termine la investigación

24.10.2013, Oviedo / Llanes, Emilio G. CEA, en La Nueva España.

"Además de la familia, a la que manifestamos nuestra solidaridad y le damos todo el apoyo, el Servicio de Salud del Principado de Asturias es el mayor interesado en saber qué pasó". El consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, se refirió ayer de esta forma a la trágica muerte de la llanisca María Oliva Barreiro en la madrugada del lunes, durante un parto en el que también murió su bebé. El consejero aseguró que la familia será informada de todos los detalles de lo sucedido en cuanto se cierre la investigación que ha abierto la consejería de Sanidad.

 

María Oliva García, llanisca de 38 años e hija de los propietarios de uno de los restaurantes más conocidos del puerto de Llanes, había pasado sin problemas la última de las revisiones a la que fue sometida con motivo de su embarazo. Fue el viernes 18, diez días después de haber salido de cuentas.

 

Los médicos tenían programado un parto inducido para el pasado lunes, pero ingresó antes en el hospital de Arriondas. Según la versión de su familia, la mujer acudió el domingo en compañía del esposo de su prima al centro de salud de la villa con unas décimas de fiebre. El médico le diagnosticó una infección de orina y le recomendó que acudiera al centro hospitalario del Oriente, donde entró por su propio pie en compañía de su padre. Una vez allí los médicos la monitorizaron para tener controlada a ella y a la criatura. Según aseguró su hermano, Juan Manuel Barreiro, los médicos le suministraron un medicamento para bajarle la fiebre y acto seguido oxitocina para inducirle el parto. Según sus allegados, había dicho en numerosas ocasiones que no quería que durante el embarazo le suministrasen ningún tipo de antibiótico ni epidural, pues deseaba un parto natural.

 

Instantes después, y mientras estaba en compañía de su esposo, María Oliva Barreiro sufrió el primero de los seis infartos que tuvo antes de morir. Según han explicados los familiares, los médicos decidieron entonces abrir para practicarle una cesárea de urgencia. El niño que con tanta ilusión esperaba el matrimonio nació muerto y fueron inútiles los cuarenta y cinco minutos de reanimación a los que fue sometido. Tras extirparle el útero y administrarle cinco bolsas de sangre para tratar de parar la hemorragia, los médicos que la estaban asistiendo en Arriondas decidieron trasladar a María Oliva al hospital de Cabueñes, donde llegó con parada cardiaca, siempre según la narración de la familia. Ésta asegura que los facultativos gijoneses se negaron a firmar la defunción y trasladaron el caso a la Policía Judicial para que se hiciese cargo del cadáver.

 

Sus allegados sospechan que el fallecimiento de la llanisca pudo deberse a una negligencia médica y han puesto el caso en manos de un abogado.

 

En la villa el asunto del trágico e inesperado fallecimiento de María Oliva Barreiro García y su pequeño Diego Fernández Barreiro sigue estando de actualidad en todos los corrillos. Tanto la familia de la fallecida como su marido, José Manuel Fernández Simón, son muy conocidos en la villa donde regentan la sidrería El Pescador, ubicada en la calle Manuel Cue. Es precisamente en este lugar donde María Oliva desarrollaba su actividad profesional como cocinera. Su familia no ha parado de recibir muestras de apoyo y de cariño. En la villa de Posada Herrera aún retumbaban ayer los ecos del sobrecogedor y multitudinario funeral con el que cientos de personas dieron el último adiós a María Oliva y a su hijo la tarde del pasado martes.

 

VER NOTICIA ANTERIOR DIRECTAMENTE RELACIONADA

0 comentarios