Primera reacción, y probablemente única entre los sindicatos, a las declaraciones del Gerente del SESPA
El Sindicato Médico no descarta otro conflicto si persiste "este sistema de capataces"
Tácito Suárez se reunió ayer con los directores médicos para pedirles "más producción en quirófanos, consultas y pruebas diagnósticas"
22.02.2014, Oviedo / Gijón, P. ÁLVAREZ / A. RUBIERA, en La Nueva España.
El primer pronunciamiento programático del nuevo gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), Tácito Virgilio Suárez, en el que reclamaba un mayor aprovechamiento de los quirófanos y de los tiempos para consultas y pruebas diagnósticas, no ha gustado a los médicos. "Este sistema de trabajo que tenemos en marcha, basado en el nombramiento de capataces, ha generado un desencanto absoluto entre una serie de profesionales, y un estado de gran crispación en otros, con lo cual una nueva vuelta de tuerca podría ser el detonante de algo", declaró ayer a este periódico Antonio Matador, secretario general del Sindicato Médico de Asturias (SIMPA).
¿Habla Matador de una nueva huelga, similar a la impulsada por el sindicato en el último trimestre de 2012? "No descartamos nada", se limitó a responder el máximo responsable de la organización.
Tácito Suárez enunció su petición de una mayor productividad anteayer, con motivo de la firma de los contratos-programa con los gerentes de las ocho áreas sanitarias de la región. En el breve tiempo que lleva en el cargo, el director del Sespa se ha hecho eco en diversos ámbitos de una definición que parece agradarle mucho: a los directores médicos los denomina "directores o jefes de producción". Ayer mismo mantuvo una reunión con ellos en la que los instó a "incrementar la producción de nuestros hospitales y de nuestros centros: incrementar la producción de los quirófanos, las consultas y las pruebas diagnósticas, porque entendemos que tenemos capacidad para ello".
Pero este discurso no parece ser del gusto del Sindicato Médico, que se queja de la aplicación del acuerdo con la Administración sanitaria que puso fin a la citada huelga. "El desastre en lo que va de legislatura es monumental. Los médicos no tenemos ningún problema: hemos trabajado lo que nos han programado. El problema es que la programación es un desastre. Se basa en capataces, no en el diálogo, y además los capataces, en muchos casos, no saben", subrayó Matador. A juicio del SIMPA, la organización de la actividad sanitaria debe pivotar sobre "el diálogo con los profesionales y los pactos con los diferentes servicios, que son los que saben cómo hacer las cosas".
Uno de los problemas de la sanidad pública asturiana radica en el aumento de las demoras en las pruebas diagnósticas -resonancias, escáneres, ecografías...- desde que la Consejería de Sanidad decidió suprimir las horas extraordinarias. "No sabemos exactamente qué quieren decir cuando hablan de aumentar la producción. En hacer una resonancia se tarda lo que se tarda, y como no metamos a dos pacientes de cada vez no sabemos qué podemos hacer", señalaron fuentes del área de radiodiagnóstico.
En Gijón, el personal de quirófano del Hospital de Cabueñes acogía entre críticas el velado "reproche" que -a su juicio- esconde el planteamiento de incrementar el rendimiento. "Operar lleva un tiempo, pero antes está la preparación del paciente, la sedación, la monitorización, y sin eso no hay cirugía que se pueda hacer. En la actualidad ya son muchísimas las ocasiones en que los enfermos salen de quirófano más tarde de las tres, así que nadie entiende muy bien cómo piensan incrementar esos rendimientos", apuntaban desde la junta de personal del área sanitaria gijonesa.
Los médicos amenazan con iniciar otro conflicto sanitario
El Simpa tilda de «nueva vuelta de tuerca» el plan antidemoras del Servicio de Salud que obligará a los facultativos a operar más
22.02.14 - L. FONSECA | OVIEDO, en El Comercio.
Vuelven a sonar 'tambores de guerra' en la sanidad asturiana. El anuncio del nuevo gerente del Servicio de Salud (Sespa), Tácito Virgilio Suárez, de incrementar la productividad en los hospitales a base de que los médicos tengan que operar más y realizar más consultas y pruebas diagnósticas fue recibido como una nueva afrenta. Así, y cuando aún colean los efectos de la última huelga sanitaria -la vivida a finales de 2012 y que se prolongó durante más de tres meses-, los facultativos vuelven a hablar de conflicto. Antonio Matador, secretario general del Simpa, calificó ayer de «brindis al sol» la pretensión del nuevo responsable sanitario de aumentar la productividad en los hospitales sin recurrir a horas extra ni incrementar plantilla o derivaciones. Matador salía así al paso de lo dicho por Tácito Suárez, que habló de un plan de choque contra las listas de espera que pasa por «mejorar el tiempo de trabajo» en los hospitales. Indicó literalmente el gerente que «los quirófanos tienen que empezar antes y terminar después». Dejó bien claro Suárez que el bautizado como 'plan estructural contra la demanda insatisfecha' (las populares listas de espera) saldrá adelante sin que a la Administración sanitaria le reporte gasto adicional alguno. Se trata de «hacer más operaciones, más consultas y más pruebas diagnósticas, aprovechando mejor el tiempo que tenemos, que nos sobra», señaló. Las palabras del 'número dos' de la sanidad asturiana recuerdan a lo que años atrás dijo otro consejero de Sanidad, Ramón Quirós, cuando animó al personal sanitario a «hacer más, pero con menos».
El guante lanzado por el nuevo gerente del Sespa no fue bien recibido por el ala médica. Aunque el secretario general del Simpa reconoció no conocer el plan de choque al que se refirió Tácito Suárez, aventuró que «sin aumento de personal, sin incremento de jornada y sin más derivaciones es imposible reducir las actuales demoras». Matador sí cree que existe margen para «mejorar la nefasta organización sanitaria», pero duda de que «pueda salir adelante sin contar con la colaboración de los profesionales». El Simpa considera que «el eufemístico aumento de productividad» al que se refirió Tácito Suárez «es una nueva vuelta de tuerca que no vamos a aceptar». El facultativo invitó al gerente del Sespa a que «vaya a los anestesistas, a los radiólogos o a los cientos de médicos que no pueden atender a los pacientes en tiempo y forma porque están saturadísimos, y les diga que trabajan poco y que tendrán que hacer más actividad».
Matador confirmó que el Sindicato Médico está realizando un estudio pormenorizado sobre «las demoras reales». Según este sindicato, que ha contactado con servicios quirúrgicos y de citaciones, en la sanidad asturiana «hay hasta 5.000 pacientes con demoras de más de seis meses, y no 270 como dice la consejería». Su cálculo se refiere tanto a personas pendientes de una operación quirúrgica como de consultas y pruebas diagnósticas.
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