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Clamor vecinal contra el mapa de autobús

Clamor vecinal contra el mapa de autobús

Decenas de asociaciones, con Las Campas, el Naranco y Priorio al frente, rechazan los cambios del transporte urbano y se preparan para "el gran follón del día 15"

Reunión de los vecinos del suroeste del Naranco en el centro social de San Claudio. NACHO OREJAS Fotos de la noticia

Lne. 08.08.2014 | 04:40 E. VÉLEZ 

 Las asambleas ciudadanas -en la calle y en los centros sociales- aumentan de forma exponencial a medida que se acerca el próximo viernes, conocido ya popularmente como "el día del gran follón", por la puesta en marcha del nuevo mapa de autobuses urbanos, el mayor cambio del transporte de la ciudad en los últimos treinta años. Los vecinos de Las Campas, el suroeste del Naranco y el valle de Priorio lideran el movimiento de protesta vecinal en cuanto al número de reuniones que han mantenido entre ellos, y la cantidad de entrevistas con el concejal de Transportes, Gerardo Antuña. Todos comparten las mismas quejas aunque llevadas a su terreno: la alteración del trayecto y de las frecuencias, la falta de paradas, la duración del viaje, el tiempo de espera en los transbordos, y la designación de las líneas con letras. Curiosamente, la subida de 15 céntimos del precio del billete prevista para octubre, cuando Oviedo se integre en el Consorcio de Transportes de Asturias (CTA), no está en la principal lista de reclamaciones de los ovetenses.

 

Las Campas peleará hasta el final por no perder un autobús al barrio -que ahora se beneficia del servicio L5 y L6- pese a que el Ayuntamiento está dispuesto a cumplir una parte de sus deseos. Los vecinos rechazaron ayer, por mayoría, la solución municipal de habilitar un transbordo entre las líneas E y J. Lo hicieron durante una asamblea popular en plena calle y con votos a mano alzada. Hoy, volverán a verse las caras con Antuña para decirle que no quieren su propuesta.

La intención de los técnicos municipales era hacer confluir las líneas E y J en una parada en la carretera de San Claudio, poco antes de la cuesta de acceso a Las Campas, para facilitar la entrada de los residentes. Así, los usuarios de ambas líneas podrían llegar a Las Campas a bordo de los vehículos de la letra E (que circularán entre Las Campas y La Monxina), o haciendo un transbordo al E desde el autobús J (que irá de Otero a San Claudio sin entrar en Las Campas).

Los cerca de 800 residentes de los pueblos de la falda suroeste del Naranco continúan negociando la posibilidad de mantener las paradas de los actuales L6 y L16, que el municipio ha fusionado en la línea O (que circulará entre Lubrió y la plaza de América). Así, los habitantes de Lubrió, Loriana, Rodiella, La Vega, Fabarín, Malpica, Requejo, Ponteo, Llampaxuga, Lampaya, Llano, Villamorsén, La Trapa, San Lázaro de Paniceres y Villamar rechazan el nuevo itinerario porque la frecuencia de autobuses será menor (pasando de una hora y media a dos horas), el vehículo no llega a Puente Gallegos, y no hay una parada cercana al centro de salud de Las Campas, al que acude la mayor parte de los habitantes del suroeste del Naranco.

El valle de Priorio también se ha movilizado contra los cambios del transporte urbano. Dentro de una semana, viajarán en la línea A (entre la localidad de Puerto y el Campillín) en lugar de en la L3, y tardarán, según sus cálculos, unos 25 minutos más que ahora en llegar a su destino. De Puerto a la calle Calvo Sotelo habrá 27 paradas, y hasta el final del trayecto, un total de 53.

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