Con el PP viento en popa a toda vela , así vamos en sanidad
La interoperabilidad de las tarjetas sanitarias, un problema cada vez más difícil de resolver
Por Carlos Nicolás, Director Editorial de Acta Sanitaria.
A juzgar por la lentitud con que se está llevando a cabo la interoperabilidad de las tarjetas sanitarias en el Sistema Nacional de Salud (SNS), puede decirse o que se trata de un problema cuya solución empeora a medida que pasa el tiempo, aunque no faltan quienes piensa que no se quiere resolver. Es la conclusión que se deduce de la respuesta del Ministerio de Sanidad al Defensor del Pueblo que se ha interesado por el tema, a la vista de las dificultades (en la práctica, imposibilidad) con que tropiezan muchos ciudadanos cuando tratan de conseguir una prescripción en una farmacia ubicada en una comunidad que no es la de su residencia y a la que se vincula su tarjeta de asistencia sanitaria.
La institución del Defensor del Pueblo, consciente del problema por las quejas que recibe sobre el asunto, ha elegido la mejor fecha, la de las largas vacaciones estivales con sus consiguientes desplazamientos de los ciudadanos, para preguntar al Ministerio de Sanidad sobre cómo está el asunto; es decir, para cuándo prevé que la interoperabilidad de las tarjetas sanitarias va a ser una realidad. Y, como en muchas otras ocasiones, el Ministerio se ha puesto de perfil: ha respondido que cada vez son más las dispensaciones que se realizan a través de receta electrónica, que su implantación es casi total, pero no ha dicho una sola palabra sobre el proceso de interoperabilidad entre las de un servicio de salud y otro. Vamos, que no responde a lo que se le pregunta.
Desde hace años, los representantes de los farmacéuticos vienen alardeando de que, gracias a las oficinas de farmacia, se pudo establecer un sistema informático que permite conocer al detalle lo que se dispensa, su coste, quién lo hace y quién lo ha prescrito. Y cada mes salen las cuentas de la facturación de las farmacias al Sistema Nacional de Salud. Sin embargo, se está impidiendo la interoperabilidad de los sistemas que cada autonomía ha implantado en su ámbito de actuación. Una dificultad que se ha incrementado últimamente como consecuencia de las medidas adoptadas por algunas Comunidades Autónomas para paliar el copago farmacéutico de los menos pudientes.
Se trata de una situación realmente sorprendente en un mundo en que una persona, con su tarjeta de crédito o de débito, puede moverse sin problema alguno entre países y, sin embargo, la tarjeta sanitaria de Madrid no puede utilizarse en Toledo. Y me refiero a ambas provincias porque me ha venido a la mente un reciente suceso: el incendio ocurrido en un vertedero de neumáticos acumulados en una parcela que parte pertenecía a Seseña (Toledo) y parte, a Valdemoro (Madrid). Pues bien, los ciudadanos de Valdemoro no pueden ir con su tarjeta a sacar los medicamentos en una farmacia de Seseña, ni los de esta localidad toledana acudir, con el mismo instrumento, a una farmacia de Valdemoro. Lamentable.
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