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Propuesta que figura en un documento elaborado por las consejerías de Sanidad y de Servicios Sociales en el marco del abordaje de las enfermedades crónicas…

Propuesta que figura en un documento elaborado por las consejerías de Sanidad y de Servicios Sociales en el marco del abordaje de las enfermedades crónicas…

El Principado estudia abrir tres residencias psiquiátricas en Gijón, Oviedo y Avilés

Son centros con 30 plazas para enfermos mentales menores de 50 años, que carezcan de vivienda o no puedan convivir en familia ni compartir piso

Foto.- Pacientes en los pasillos del desaparecido Hospital Psiquiátrico de La Cadellada, en Oviedo. / PURIFICACIÓN CITOULA

 

LAURA FONSECA, en El Comercio.

 

Desaparecido el viejo hospital psiquiátrico de La Cadellada, cuyos terrenos son ahora la sede del nuevo HUCA, el Principado se plantea abrir tres residencias para enfermos mentales menores de 50 años. Se trata de mini psiquiátricos de entre 30 y 35 plazas cada uno, destinados a albergar, en régimen de alojamiento permanente, a personas con problemas mentales con carencias importantes de vivienda o que presentan algún tipo de incompatibilidad para vivir en familia o compartir piso. Los centros estarían ubicados en las áreas sanitarias de Oviedo, Gijón y Avilés.

 

La propuesta figura en un documento elaborado por las consejerías de Sanidad y de Servicios Sociales. El trabajo forma parte de las estrategias sociosanitarias que el Principado prevé desarrollar en el futuro para el abordaje de enfermedades crónicas y donde se plantea, tal y como avanzó ya EL COMERCIO, habilitar unidades de convalecencia en las residencias geriátricas con el fin de descongestionar los hospitales públicos.

 

En materia de salud mental, los planteamientos son claros: en Asturias existe un colectivo de personas con trastornos mentales con «necesidades reales de alojamiento». Se trata de casos que los servicios sociales actuales no pueden absorber ni tampoco resolver. Tras el cierre de La Cadellada, donde llegaron a convivir hasta un millar de enfermos mentales, y con la consiguiente desaparición del modelo de internamiento, el Principado creó dispositivos intermedios, pero muy pocos de ellos permiten estancias a largo plazo. Solo la unidad residencial de Meres, en Siero, cuenta con alojamientos de este tipo. De hecho, allí fueron llevadas «algunas de las personas procedentes del antiguo psiquiátrico» cuando éste echó el cierre en mayo de 2005, «junto a otras que accedieron posteriormente y que no tienen expectativa de alta», recoge el documento.

 

Las asociaciones de familiares llevan años demandando algún tipo de servicio residencial que permita las estancias más prolongadas, a camino entre lo que era antes el viejo psiquiátrico y lo que son los actuales pisos tutelados o, incluso, las comunidades terapéuticas. Como punto inicial de partida, lo que los expertos ponen encima de la mesa -una vez comprobado que el proceso de desinstitucionalización psiquiátrica dejó algún tipo de grieta, sobre todo en pacientes que carecen de contención familiar o social- es la apertura de tres mini residencias para enfermos mentales adultos. Para su puesta en marcha se utilizarían algunas de las estructuras actuales de Salud Mental. Una de ellas es la unidad residencial de Meres, en Siero, dependiente del área sanitaria de Oviedo y que dispone de 26 plazas. Los ahora residentes de más de 50 años serían derivados a residencias geriátricas del ERA y el edificio sería utilizado para una mini residencia psiquiátrica gestionada por Servicios Sociales.

 

Los técnicos también plantean que se abran 14 plazas de carácter psiquiátrico en el Fundoma, en Oviedo. El segundo de los psiquiátricos estaría en la Residencia Mixta de Pumarín, en Gijón, donde se habilitarían otras 30 plazas de salud mental «lo que podría dar salida a muchos pacientes que ahora están en la comunidad terapéutica». La tercera mini residencia estaría en Avilés, aunque el documento no recoge si sería de nueva construcción.

 

Derivaciones al ERA

Pero no serán éstas las únicas novedades. El Principado sopesa modificar los protocolos de derivación entre Salud Mental y el área de admisiones del ERA para que la valoración por parte de psiquiatría «sea tenida en cuenta en el momento de alojar a una persona en una residencia geriátrica pública o concertada». En este sentido, indican que «los mayores de 50 años con trastorno mental, pero sin problemas de funcionalidad o convivencia, sean derivadas a plazas normalizadas del ERA. Quienes muestren alteraciones de conducta que imposibiliten la convivencia entrarán en la lista de psicogeriatría».

 

Los técnicos estiman que el Principado necesitará en los próximos cuatro años un total de 446 plazas de salud mental, de las que 137 serían para pisos tutelados, 193 en plazas del ERA, 90 en los tres mini psiquiátricos y 26 en la unidad de Meres.

 

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