Un capítulo más de una historia irreconciliable en el Hospital del Oriente
El comité de empresa dice que la gerencia desprecia a los médicos
Los trabajadores del hospital critican en un comunicado la gestión de Dolores Menéndez y la culpan de la actual situación de «caos»
13.01.10 - 03:18 - M. ROJO | ARRIONDAS, para El Comercio.
El comité de empresa del hospital de Arriondas ha enviado un comunicado en respuesta a las declaraciones de la gerente del centro, María Dolores Álvarez, publicadas el pasado domingo en este periódico (VER DICHAS DECLARACIONES). El texto se aprobó en una reunión celebrada ayer en el centro, en la que también estuvieron presentes representantes de los diferentes sindicatos con representación en el hospital parragués. En el mismo, se lamenta que «nuevamente la gerente del centro, María Dolores Menéndez, ha iniciado una guerra mediática contra los trabajadores del hospital. En este caso, contra el colectivo médico, con quién parece no encontrar mejor forma de comunicarse que lanzando acusaciones sibilinas en la prensa». Desde el comité de empresa recuerdan a los usuarios del hospital que «desde que este equipo directivo se ha hecho cargo del centro, se han producido cambios en nuestro modo de trabajo previo, no deseados por los profesionales, y obviamente sin buenos resultados para la atención a los pacientes. Sería largo enumerarlos -continúa el comunicado-, pero baste citar la restricción al mínimo del tiempo de atención a los pacientes hospitalizados para los especialistas médicos y quirúrgicos; la supresión de las consultas personalizadas en el Servicio de Medicina Interna; la eliminación del sistema de citación inmediata que permitía planificar estudios o procesos de forma ambulatoria; la priorización de la cantidad sobre la calidad, todo ello sin el más mínimo ordenamiento de gestión ni científico, generando una oferta desordenada que no ha hecho más que incrementar la demanda de consultas; la ausencia de comisiones o de una junta técnico-asistencial para seguimiento de problemas asistenciales; la modificación de la estructura jerárquica de los servicios ignorando el liderazgo de quienes habían obtenido tan buenos resultados en años previos; la anulación absoluta del principio de autonomía en las decisiones que permite al profesional ante una situación determinada tomar la mejor decisión para el enfermo y para el propio hospital, despreciando al capital humano del centro y creando una atmósfera de trabajo rígida, presidida por el medio, donde la iniciativa ha sido sustituida por la obediencia ciega...Y todo ello de forma unilateral, sin contar con la experiencia de quiénes si conocían a fondo los recursos y la capacidad del centro: los profesionales que durante años sacaron adelante un hospital, que pese a sus recursos limitados podía presumir con orgullo de sus resultados», enumeran.
«Se pregunta la doctora Menéndez qué ha cambiado desde el 2007. La respuesta es tan clara como contundente: el equipo directivo», aseguran desde el comité de empresa. «No han conseguido un duro para el centro, no hay un proyecto asistencial, han destrozado un sistema de trabajo que estaba claro que funcionaba y han creado un clima laboral que sólo conduce al deseo de marcharse del hospital ¿y se extraña de los malos resultados?. Las malas decisiones en gestión no siempre pueden ser corregidas por el esfuerzo y el compromiso del personal; las organizaciones caóticas y represoras, sin proyecto y sin liderazgo, acaban conduciendo a las empresas al fracaso. La doctora Menéndez ha despreciado públicamente el trabajo de los facultativos, incluso se ha permitido dudar de sus rectas intenciones en el tratamiento de los pacientes. Declaraciones como éstas, rayanas en la difamación al dudar de la noble intención del médico que trata a su paciente, sólo contribuyen a fomentar el desánimo de la plantilla y el malestar entre la población», aseguran.
Y para finalizar se dirigen a la gerente: «Doctora Menéndez: no se vale echar la culpa a los demás. Usted y su equipo directivo han tomado sus decisiones organizativas, acallado cualquier voz disidente, y despreciado una y mil veces a su personal. No intente ahora enfrentarnos a nuestros pacientes: no lo conseguirá y sólo conseguirá empeorar una situación que ya supone un grave peligro para la estabilidad del hospital», advierten.
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