Ajuste o la encrucijada de los concertados en cuanto a su dependencia financiera de la sanidad pública
El Sespa aspira a que los concertados mantengan la actividad por menos dinero
La gerencia del Hospital de Jove sostiene que el cobro por aparcar «aún está en estudio, porque hay que ver bien si merece la pena»
Gijón / Oviedo, A. RUBIERA / P. ÁLVAREZ, en La Nueva España
Apretarse el cinturón significa hacer lo que ya se hacía, pero por menos dinero, y no reducir la actividad en la misma medida en que decrecen los recursos disponibles.
Ésta es, poco más o menos, la filosofía que el Servicio de Salud del Principado (Sespa) quiere aplicar a los servicios sanitarios en la etapa de ajustes que acaba de ponerse en marcha. Las autoridades sanitarias de la región se enfrentan a un panorama de recortes presupuestarios que amenazan con complicar la gestión en, al menos, un epígrafe altamente sensible: las operaciones que se derivan a los hospitales concertados.
El envío de pacientes a centros ajenos al Sespa constituye un elemento clave en el control de las listas de espera quirúrgicas. El pasado 31 de mayo eran 16.043 los pacientes pendientes de pasar por el quirófano, con una demora media de 59 días. Los responsables del Sespa tienen experimentado que si quieren mantener cifras aproximadas a éstas no pueden dormirse en los laureles, ya que la demanda, lejos de mantenerse o decrecer, aumenta a buen ritmo. Un ejemplo: el año pasado entraron en lista de espera para operarse 70.554 pacientes, casi 2.000 más que en 2009 y 15.000 más que en 2003. Sin embargo, la capacidad de resolución de los hospitales de la región no se ha incrementado a la misma velocidad.
La ley de Contención del Gasto Público aprobada el pasado viernes en la Junta General del Principado establece una reducción del 3,2 por ciento en las partidas destinadas a centros sanitarios concertados. Esta medida afecta muy especialmente a los hospitales gijoneses de Jove y Cruz Roja y a la Fundación Hospital de Avilés, cuyos responsables han puesto el grito en el cielo ante lo que consideran una merma de recursos que pone en riesgo la viabilidad de estos centros.
«Nuestro cometido consiste simplemente en cumplir de forma escrupulosa lo aprobado en el Parlamento», explicaron ayer fuentes del Sespa, según las cuales los responsables de los hospitales concertados «tendrán que organizar los centros como mejor estimen que deben hacerlo», así como buscar recursos adicionales «si consideran que los necesitan».
A lo largo de 2009, en el Hospital de Jove -cabecera de área para una parte de Gijón- se llevaron a cabo 4.797 intervenciones quirúrgicas (unas 200 menos que en 2008); en el Hospital Cruz Roja, 7.162 (unas 300 más que el año anterior); y en el Hospital de Avilés, 2.726 (frente a las 2.850 del año 2008). En el primero de estos hospitales los trabajadores ya han anunciado que llevarán a cabo protestas -será el próximo martes- para dejar patente su malestar con el recorte. Pero, además, la gerencia busca fórmulas para cuadrar las cuentas, algo obligado tras la decisión del Sespa de reducirles sus ingresos y la negativa del comité de empresa a aprobar una bajada de sueldo del 5%. Por eso mismo, además de mantener cerrada una planta de hospitalización (que no se abrirá tras el parón del verano) y prescindir, con ello, de los eventuales que se contrataban, en el hospital piensan también en otras iniciativas, como la de poner un canon por el uso de una de las 200 plazas de aparcamiento de las que dispone el hospital. «Aún no es una decisión firme, hay que estudiar bien la idea y ver si merece la pena. Y contrastarlo, además, con otros centros que hayan pasado por lo mismo», explicaban ayer desde la gerencia. En el mismo paquete de iniciativas va incluida también la amortización de algunas plazas de personal y, sobre todo, exprimir los gastos al mínimo posible.
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