Sorprendente pero ahí está la propuesta que IU saluda positivamente, aunque con cautela, a la espera de leer la letra pequeña
Garantizar el control político de la entidad, es lo contrario de lo que piden el regulador, la UE y los mercados
Cascos quiere convertir Cajastur en una fundación bajo el control del Principado
El presidente de Foro considera que la reestructuración en la que se halla inmersa la entidad supone «un moderno expolio tan inadmisible como dañino para la economía del Principado y de España»
La operación tendría que ser refrendada por amplia mayoría en la asamblea de la Caja y en el Parlamento
El Banco de España advirtió de que los cambios son irreversibles
Oviedo, M. MARTÍNEZ, Oviedo, J. E. MENCÍA, en La Nueva España
El líder de Foro Asturias y principal candidato a la Presidencia del Principado, Francisco Álvarez-Cascos, quiere convertir Cajastur en una fundación pública tutelada por la Administración regional. Cascos lanza la propuesta, en una carta remitida a los consejeros generales de la entidad financiera, para frenar el «expolio» que, a su juicio, se está llevando a cabo en el proceso de fusión de la entidad de las cajas de Cantabria y Extremadura para dar origen a un único banco, denominado Effibank.
En la misiva remitida a los consejeros delegados de Cajastur, Francisco Álvarez-Cascos expresa «la alarma que nos producen en Foro Asturias las noticias acerca del contenido de las decisiones que el consejo de administración de Cajastur adoptó el pasado día 24 y que la asamblea general se propone a debatir y aprobar, en su caso, el próximo día 29 sobre la segregación de todo el negocio financiero para integrarlo en Effibank, con sede en Madrid». Cascos se queja de que esta operación se esté llevando a cabo en un período de «interinidad política en las instituciones asturianas tras las elecciones autonómicas y municipales, con un Gobierno autonómico en funciones y el Parlamento sin período de sesiones abierto».
«La elección cuidadosa de estas fechas nos parece, cuando menos, una grave desconsideración hacia todos los asturianos, sabedores sus responsables del cambio político que se avecinaba, con profundas modificaciones en la representación democráticamente elegida que suponen la retirada de la confianza a muchos de los anteriores gobiernos municipales y autonómico, privando a los nuevos de debatir y decidir acerca del futuro de Cajastur», subraya Cascos, que añade: «Al socaire de una muy discutible y menos justificable despolitización de las cajas de ahorros, se pretende aprobar sin controles institucionales en Cajastur la operación mercantil más política de su historia».
En su misiva, Cascos asegura que no puede aceptar «en silencio» que Cajastur «sea vaciada». «Estamos ante un moderno expolio tan inadmisible como dañino para la economía del Principado y para la de España que, como tantas cosas que están sucediendo, no nos merecemos, contra las que vale la pena enfrentarse cívica y democráticamente», añade Francisco Álvarez-Cascos contra la forma en la que se está llevando a cabo la operación financiera desde Cajastur.
Foro Asturias reclama la apertura de un período de reflexión «acerca de la fórmula más adecuada, dentro de la legislación vigente, para salvaguardar los intereses generales de todos los asturianos en Cajastur, y no para eludir o debilitar nuestros derechos de representación y de control, anteponiendo los particulares de sus actuales directivos». En este punto de su carta, Cascos advierte que habría que tener presente que el marco legal permite transformar las cajas de ahorros, «como es el caso de Cajastur», en fundaciones públicas. «Estas fundaciones serían las tenedoras de las acciones de los bancos de los sistemas institucionales de protección (SIP) creados por las cajas de ahorros que decidan integrarse y en Asturias estaría tutelada por el Principado a través de su protectorado de fundaciones», apunta el líder de Foro.
Cascos explica que, en el proceso de cesión de su negocio bancario a Effibank, Cajastur «desaparece como tal y simplemente conserva las marcas para la actividad comercial». «En estas circunstancias», subraya, «el paso lógico y coherente es la transformación jurídica de Cajastur». «Las cajas de ahorros que se integran en un SIP con un nuevo banco deben transformarse en fundaciones», apunta para destacar que «a partir de ahora son, simplemente, entidades tenedoras de las acciones del nuevo banco».
El presidente de Foro Asturias, el grupo político con mayor representación en la Junta General del Principado, subraya que «los actuales directivos se resisten a esta transformación de las cajas en fundaciones, por la sencilla razón de que dejan de controlar efectivamente las entidades. En nuestro caso, prefieren mantener la ficción de que Cajastur sigue siendo una entidad de crédito de actividad indirecta». Cascos afirma que si Cajastur se transforma en fundación «los legítimos propietarios de los títulos de propiedad de Effibank (...) deben ser las entidades fundadoras de nuestra caja de ahorros», en referencia al Principado y al Ayuntamiento de Gijón.
La transformación de Cajastur en fundación se acometería mediante una ley autonómica de cajas de ahorros, lo que, según Cascos, «garantiza y obliga a todos a un gran acuerdo en el Parlamento asturiano», sin mayorías tras las elecciones. «Sobre el nombramiento de los patronos se abrirían varias opciones», apunta Cascos. «Entre ellas que su número y su representación recaigan en la Junta General del Principado y que todos los estamentos representados en la actual asamblea general sigan representados en el patronato de la Fundación», añade el presidente de Foro Asturias, Francisco Álvarez-Cascos Fernández.
Para el presidente de FAC, esta decisión sería la opción más «transparente» para garantizar que la propiedad de títulos representativos del nuevo banco permanece en manos públicas y que, en caso de su venta, sus frutos afluyen hacia todos los asturianos. Asimismo, indica que esta transformación aseguraría el control efectivo de la gestión efectuada por los directivos y aleja el riesgo de operaciones especulativas. Resalta que la Fundación «evitaría más eficazmente la tentación, real y preocupante, de que directivos de la caja o de Effibank decidan en el futuro vender acciones de la entidad a un tercero a un precio inadecuado, a cambio de beneficios ajenos al interés general de los asturianos».
La operación que plantea Francisco Álvarez-Cascos de convertir Cajastur en una fundación fue descartada ayer por economistas y juristas de ámbito nacional, teniendo en cuenta las condiciones establecidas en el contrato de integración aprobado por la asamblea de Cajastur el pasado mes de mayo -cuyo incumplimiento supondría la práctica desaparición de la entidad-. Además, sería un proceso legalmente complejo y largo, que requeriría la decisión mayoritaria de la asamblea de la caja, de la cual la mitad no proviene de instituciones públicas. A todo ello se suma la estricta política que está marcando el Banco de España, cuyo gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ya ha afirmado que el proceso de reorganización de las cajas de ahorros en los términos que se han establecido «es irreversible».
La nueva ley de Cajas permite optar por convertir la entidad en una fundación. A día de hoy, de 45 cajas de ahorros que había en España ninguna optó por esta solución, y excepto dos, Caixa Pollença y Caixa Ontinyent, todas las demás, incluida Cajastur, han seguido el modelo impulsado por el Banco de España.
La ley sí establece que las cajas se convierten automáticamente en fundación en el caso de que pierdan la mayoría y, por tanto, el control del banco que crean tras la fusión.
Cumplir con la pretensión de Cascos supone que es la propia asamblea de la caja la que tiene que aprobarla por una amplia mayoría, para solicitarlo formalmente al Parlamento regional, donde también debería aprobarse por amplia mayoría. «Es tanto como que la asamblea de la caja se autodisuelve y le entrega todo el poder al Gobierno regional, lo que en un proceso de reestructuración y despolitización del sector financiero sería absurdo», coincidieron fuentes jurídicas. Además, habría que modificar de nuevo la ley aprobada en la Junta General hace sólo unos meses y con el apoyo de la mayoría absoluta de la Cámara.
Otro aspecto es el de la operación bancaria. El acuerdo de integración establece que el que incumpla cualquiera de los términos pactados para la fusión debería indemnizar a sus socios, además de ceder sus acciones al precio de un euro. «Eso sería regalar la caja y provocar su desaparición», coincidieron los expertos consultados.
A todo esto se suma la complicada situación en la que está el sistema financiero español, situado en el punto de mira de los mercados. «El Banco de España no consentiría ni el mínimo movimiento que pueda entorpecer esta operación», afirmó una fuente próxima al regulador.
¿Y qué se gana siendo fundación? Garantizar el control político de la entidad, lo contrario de lo que piden el regulador, la UE y los mercados.
A IU le gusta «la música» de la idea de Cascos para evitar que se privatice la Caja
Oviedo, en La Nueva España
Izquierda Unida fue ayer la única formación política que valoró favorablemente la propuesta del presidente de Foro Asturias, Francisco Álvarez-Cascos, para convertir Cajastur en una fundación tutelada por el Principado. Un portavoz de la dirección de IU señaló que «hace unos meses eran cuatro los diputados que rechazaban esta operación; ahora pueden ser veinte».
«Nos gusta la música de la propuesta que lanza Cascos por todo lo que supone de impedir la privatización de la entidad financiera, aunque estaremos muy atentos a la letra pequeña de su planteamiento», opinan en la coalición de izquierdas. «Es importante paralizar la privatización para que Cajastur, un instrumento clave para reactivar y estimular la actividad económica en Asturias, siga siendo una entidad que responda al interés general de nuestra región y que no se convierta en un banco que responda más bien a intereses alejados de Asturias, que nada tengan que ver con el Principado».
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