Artículo de opinión de nuestro consejero publicado ayer en El Comercio
Fortaleza y amenazas de la sanidad asturiana
Gracias a la enmienda destructiva del 'PPSOE', el hachazo de Asturias a la sanidad española será de 85 millones de euros, en vez de ser una de las tres autonomías que defienda el futuro económico de la sanidad pública
Por JOSÉ MARÍA NAVIA-OSORIO, CONSEJERO DE SANIDAD DEL PRINCIPADO.
En las últimas semanas se han publicado varios documentos y artículos comparando el estado de los servicios de salud de las comunidades autónomas españolas. Como quiera que se trata de documentos publicados por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, Comisiones Obreras o el diario 'El País', que no se caracterizan por su afinidad ideológica con el Gobierno del Principado de Foro Asturias, podemos dar por sentado cierta dosis de imparcialidad.
El más llamativo es el artículo rotativo madrileño, publicado el pasado domingo y titulado 'Hachazo de 5.000 millones a la sanidad'. En él se compara el presupuesto que dedicaron las comunidades autónomas a la sanidad en el año 2010 con el que contemplan sus presupuestos para 2012. Sólo en tres de las 17 autonomías españolas se incrementa el presupuesto: Asturias, Madrid y las Islas Baleares. En el caso de Asturias, el artículo no menciona que el incremento se debe exclusivamente al presupuesto elaborado por el Gobierno de Foro para el año 2012, ya que en los dos años anteriores se había reducido.
Los presupuestos de Foro Asturias para sanidad son, con mucho, los que más aumentan de toda España en 2012, nada menos que un 6,7%. Le sigue en crecimiento la Comunidad de Madrid, que no llega al 0,5%. ¿Por qué esta diferencia? La respuesta es sencilla: en estos momentos de crisis, el Gobierno de Asturias, presidido por Francisco Álvarez-Cascos, ha querido priorizar el gasto social en sanidad, educación y bienestar social. Sumemos a este presupuesto una mejoría en la gestión que nos permitió en la segunda mitad de 2011 -los meses de Gobierno de Foro- reducir las listas de espera, frenar el crecimiento de la deuda sanitaria y pagar a nuestros pequeños proveedores.
En mi primera comparecencia ante la Junta General del Principado expuse las que serían mis prioridades en la aplicación de los presupuestos. La primera era el abono de las nóminas de nuestros 14.000 trabajadores. Así lo hicimos. La segunda, pagar puntualmente a las oficinas de farmacia. También lo hicimos y sin ningún retraso. La tercera, mantener los conciertos con los hospitales que colaboran en la asistencia sanitaria con el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa). Queríamos asegurar los salarios de sus trabajadores. También lo hemos conseguido. La cuarta, saldar las deudas que teníamos con los pequeños proveedores asturianos a los que la falta de pago ponía en riesgo sus empresas. En la medida de nuestras posibilidades, lo estamos haciendo. Ninguna pequeña empresa ha tenido que cerrar porque el Sespa no pagara sus facturas.
Dejamos para el final el pago a las grandes empresas que tenían más posibilidades de poder afrontar el retraso en los cobros. Con ellas mantenemos un diálogo constante negociando pagos parciales de la deuda y de los intereses de demora. El resultado es que el Sespa está considerado un organismo público en el que sus proveedores pueden confiar. No todas las comunidades autónomas pueden decir lo mismo.
Hasta aquí nuestras fortalezas. Veamos ahora sus amenazas. La más importante es la enmienda destructiva a la totalidad de los presupuestos para 2012. Esta enmienda nos obliga a prorrogar, repetir, el ejercicio con los presupuestos de 2011 que fueron deficitarios en 100 millones de euros. Recalco el carácter de destructiva que tiene una enmienda a la totalidad. Ante ella no caben negociaciones. En estas condiciones, no podemos asegurar que en 2012 podamos pagar a nuestros proveedores. Haremos los mayores esfuerzos, pero no podemos hacer milagros. Podemos aprovechar hasta el último de los recursos, controlar los gastos hasta el céntimo y pedir el mayor esfuerzo a nuestros trabajadores, pero es imposible prestar la misma asistencia con 100 millones menos. Es una verdad tan evidente que no necesita demostración.
Pero no es ésta la única amenaza. Para conseguir tener el mismo presupuesto prorrogado de 2011, insuficiente como ya he dicho, es preciso que la Junta General autorice el endeudamiento de más de 486 millones de euros que ha solicitado el Gobierno del Principado. Confiemos en que la Diputación Permanente de la Junta conserve un mínimo de responsabilidad porque si no se acepta el endeudamiento el presupuesto sanitario sufrirá un nuevo recorte que nos impediría hacer las obras de reforma más perentorias. Ni siquiera podríamos construir una rampa de acceso para minusválidos o un cuarto de baño en un centro de salud. Mi confianza en el sentido de la responsabilidad de la Diputación Permanente no se sustenta más que en la creencia de que la irresponsabilidad tiene un límite y me parece que ya lo hemos alcanzado.
Haber rechazado los presupuestos para 2012, presentados por el Gobierno del Principado, nos ha colocado entre el grupo de comunidades autónomas que, como dice 'El País', «han dado un hachazo de 5.000 millones a la sanidad española». Gracias a la enmienda destructiva del 'PPSOE', el hachazo de Asturias a la sanidad española será de 85 millones de euros, en vez de ser una de las tres autonomías que defienda el futuro económico de la sanidad pública. Solo hay una manera de evitarlo y solo tenemos una oportunidad para aplicarla. La manera de evitarlo es recuperar los presupuestos presentados por el Gobierno regional. La oportunidad para conseguirlo se presentará el 25 de marzo. Ese día nos jugamos tener una sanidad asturiana fuerte o herida de muerte.
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