Más o menos lo esperado
El copago arranca con problemas en las farmacias y resignación entre los pacientes
La mayor parte de las oficinas farmacéuticas desconocían cómo aplicar el nuevo sistema de financiación, que desde ayer obliga a pagar a los pensionistas
02.07.2012 - LAURA FONSECA, GIJÓN, en El Comercio.
El nuevo copago farmacéutico arrancó en Asturias con problemas. Sobre todo, en las farmacias. La falta de información por parte de los farmacéuticos, que carecían de datos sobre el nivel de aportación de cada uno de los usuarios (que ahora pagan en función de su nivel de rentas), obligó a muchas boticas a tener que improvisar. Un recorrido realizado por diferentes farmacias de guardia y de atención de 24 horas permitió constatar que adquirir ayer un medicamento en el Principado era más una cuestión de suerte y de buena voluntad farmacéutica, que de dispensación. A pesar de lo dicho el viernes por la Consejería de Sanidad, que aseguró que los centros de salud y las farmacias estarían preparadas para el nuevo copago, lo cierto es que ayer la confusión y el desconcierto fue la tónica habitual, al menos en el sector farmacéutico.
Hubo pacientes, incluso, que prefirieron marcharse a casa sin la medicación recetada ante la duda de cómo tenían que dispensarle el producto, pero, sobre todo, de cuánto tenían que cobrarle. El 'vuelva usted mañana' se convirtió en una de las frases más repetidas a lo largo de la jornada de ayer, día en que entraba en vigor el nuevo copago y en el que, para colmo, las farmacias asturianas estrenaban sistema informático con el que poder facilitar así los tickets que dan derecho a reclamar los reembolsos en el caso de los pensionistas. «Estamos atacados. A nosotros nadie nos informó de nada», confesaba una boticaria de Gijón que intenta explicar a una jubilada cómo funcionaba el nuevo modelo de pago de las medicinas.
Porque desde ayer, los fármacos son más caros para la mayor parte de los asturianos. Según datos facilitados por la Consejería de Sanidad, el nuevo copago hará que 1.031.396 asturianos paguen más por los fármacos. Sólo 29.249 personas, las que cobran una pensión no contributiva, una renta de reinserción o están en el paro sin recibir subsidio, quedan exentas.
14 millones de ahorro
El nuevo sistema de compra de medicamentos aprobado por el Gobierno y con el que se prevé ahorrar en Asturias 14 millones de euros al año, fija niveles de aportación en función de renta. Por vez primera, los jubilados deberán costear parte del fármaco que le hayan prescrito en la red pública.
En Asturias serán 355.041 los pensionistas que dejarán de recibir las medicinas gratis. Tendrán que abonar un 10% de su precio, con un tope mensual fijado en función de sus ingresos. El límite será de 8 euros al mes para los que ganen menos de 18.000 euros anuales, de 18 euros mensuales para los pensionistas con rentas entre 18.000 y 100.000 euros, y de 60 euros al mes para los que superen los 100.000 euros. En todo caso y hasta tanto la Consejería de Sanidad del Principado ponga en marcha un sistema automático de devolución, los pensionistas deberán abonar por adelantado ese 10% y solicitar a posteriori el reintegro.
La medida está siendo acogida con resignación por los afectados, algunos de los cuales se mostraron ayer preocupados «porque mi pensión cada día da para menos», se quejaba Mercedes Díaz González, de 75 años, vecina de Langreo que está pasando unos días en casa de su hija, en Gijón. Esta jubilada comentaba que en su caso «puede que tenga que pagar hasta 40 euros al mes. Eso es mucho para mí, aunque digan que luego me la van a devolver». Los trabajadores en activo también pagarán más. Hasta ahora se abonaba de forma generalizada un 40% del precio del fármaco, pero desde ayer la horquilla se eleva hasta el 60%.
La confusión y el desconcierto que se palpaba ayer a pie de farmacia contrastaba con el ambiente de normalidad que se vivía en los centros de salud (los que atienden urgencias) y en los hospitales. Fuentes de la Consejería de Sanidad confirmaron que en la madrugada del domingo quedaron cargados la práctica totalidad de datos en los sistemas informáticos de Atención Primaria y también de los hospitales.
Desconcierto en el primer día de copago
Las farmacias asturianas, en una jornada tranquila pero con protestas de los clientes, despacharon las primeras recetas del nuevo modelo
Oviedo, P. R., en La Nueva España
Desconcierto generalizado y protestas de los usuarios. Ésa fue ayer la tónica general, en el primer día de la entrada en vigor del copago de los fármacos. La coincidencia de la primera jornada con un domingo hizo que la transición inicial de la nueva normativa fuera menos complicada que si se tratase de un día normal. La mayoría de las recetas que se despacharon fue de usuarios atendidos en urgencias, bien hospitalarias o de centros de salud, y no estaban del todo cumplimentadas.
«La entrada en vigor nos ha pillado con poco margen de maniobra y sin el apoyo informático necesario», declaraba ayer una farmacéutica a LA NUEVA ESPAÑA. Y añadía: «Esperemos que mañana (por hoy) todo se solucione».
La gente hizo acopio de fármacos la pasada semana, días antes de la entrada en vigor del copago. La demanda, ayer, en algunas farmacias fue incluso menor que otros domingos. «Lo más difícil está siendo torear con la gente, que no tiene la suficiente información y casi te echa la culpa del copago», aseguraba otra farmacéutica.
El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Asturias, José Villazón, informará hoy de las incidencias de las primeras horas de aplicación del decreto. Será hoy, cuando los centros de salud empiecen a prescribir con el nuevo modelo de receta, cuando llegue la mayor demanda.
En otras comunidades autónomas no se detectaron mayores problemas. De momento, las dudas más comunes que están surgiendo están relacionadas con el cambio del sistema. «Muchos preguntan cuánto les corresponde pagar, los pensionistas quieren saber cuándo se les devuelve el dinero y otros ni siquiera pensaban que les iba a afectar», señalaron otras fuentes.
La norma contempla hasta seis tipos de aportación de los usuarios, que oscilan entre la gratuidad total y el 60 por ciento. Las personas con una pensión no contributiva y los parados de larga duración que han agotado la prestación por desempleo están exentas del copago, al igual que los que tienen una discapacidad superior al 65 por ciento o tienen rentas de integración social, los afectados por el síndrome tóxico y los que sigan un tratamiento derivado de un accidente de trabajo.
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