Echando balones fuera es lo que mejor se les da.
Los sindicatos advirtieron «de forma reiterada» de los robos en el HUCA
«Cualquier persona de la calle puede acceder libremente a todas las zonas del hospital, incluso a pasillos de áreas quirúrgicas», alertan
I. VILLAR, en El Comercio
Ni la situación es nueva, ni es desconocida por la dirección. Los trabajadores y los delegados de prevención del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) llevan tiempo alertando de la proliferación de robos dentro de las instalaciones del complejo, que afectan tanto a pacientes y familiares como a la propia plantilla. La sustracción de todo tipo de objetos está a la orden del día. Desaparecen desde teléfonos hasta ropa, independientemente de que se encuentren a la vista, y por tanto pueda ser cogidos al descuido, o estén a resguardo en las taquillas reservadas al personal. «Hace poco se llevaron los enseres personales que una MIR tenía guardados en su taquilla, mientras estaba durmiendo durante la guardia», apuntan como ejemplo los trabajadores.
Uno de los principales problemas es la falta de control en el acceso a zonas supuestamente restringidas. «Cualquier persona de la calle puede entrar libremente a cualquier parte del hospital. Día a día nos tropezamos con gente que se pierde y te la encuentras, incluso, por los pasillos de las zonas quirúrgicas sin que nadie les diga nada. E igual que llegan ahí por error, pueden hacerlo de forma intencionada», advierten desde Usipa, uno de los sindicatos que lleva tiempo pidieron que se adopten medidas para acabar con estas situaciones. «Cualquiera ajeno a la plantilla podría entrar hasta las taquillas sin que nadie le pregunte ni quién es. No hay ni puertas con llaves ni ningún otro control de accesos, a pesar de que decían que cuando se hiciera el traslado al nuevo hospital todo estaría informatizado, con huella digital, cámaras, medidas de seguridad y demás».
Aunque en el antiguo HUCA también se producían robos de este tipo, los trabajadores apuntan que «la propia distribución hacía más difícil que alguien desconocido llegara hasta los vestuarios, pues antes debía pasar por delante de zonas donde había gente a la que le podía llamar la atención su presencia». El problema, lejos de responder a capítulos aislados, va «cada vez a más, hasta un punto que es alarmante». Desaparecen incluso pantalones y hay personal de cirugía que ha planteado ya la necesidad de instalar taquillas más cerca de los quirófanos, para no dejar sus pertenencias, entre ellas la ropa, sin vigilancia alguna en otra zona del hospital durante el tiempo que duran las intervenciones. A quienes llegan nuevos al hospital para recibir formación, de hecho, se les recomienda ya de antemano que eviten llevar objetos de gran valor económico o sentimental.
Sin director de Seguridad
No solo los representantes del personal sanitario han advertido «de forma reiterada» de este problema y se lamentan de que «las medidas no llegan». Los propios vigilantes se ven desbordados por la situación en un edificio con demasiados lugares de acceso y escaso personal. Hay dos vigilantes por turno para el interior, a los que se suma otro en el exterior «al que se obliga a realizar labores de control y regulación de vehículos», explican desde la Asociación de Vigilantes Privados del Principado de Asturias (Avispa). La cifra, añaden, contrasta con los cinco vigilantes por turno del hospital antiguo.
La asociación considera «inexplicable» que este personal no tenga acceso a las cámaras de videovigilancia o que el centro carezca de un director de Seguridad, figura que existe «en todos los grandes hospitales» de España. «Aquí un ingeniero está al frente tanto de la limpieza como de la seguridad, cuando debería haber alguien específico y cualificado solo para ese fin». Más allá del problema de los robos, hablan de un «desastre en cuanto a la seguridad integral» y ponen como ejemplo que en los dos años de vida del HUCA «no ha habido ni un simulacro de evacuación».
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